Acusada en Ourense de forzar a comer a un niño autista de tres años

La sala del Penal 2, ayer durante el juicio.
photo_camera La sala del Penal 2, ayer durante el juicio.
La acusación particular pide dos años de prisión y 6.000 euros de indemnización a la Xunta de Galicia por el trato a este niño autista en Ourense

Isabel P.F., cuidadora del comedor del CEIP As Mercedes, se sentó ayer en el banquillo del Penal 2 de Ourense para ser juzgada por un delito contra la integridad moral: la familia de un niño con autismo, que en el momento de los hechos tenía tres años, la acusa de haber empleado la fuerza física para obligarlo a comer. También de gritarle en tono amenazante y de sujetarle las manos y ponerle una rodilla encima para inmovilizarlo. La acusación particular le pide dos años de prisión y una indemnización a la Xunta de 6.000 euros. Mientras, la fiscalía ve un delito leve de lesiones. 

Los hechos

Los hechos ocurrieron el 29 de noviembre de 2019. La imputada era la encargada del comedor que gestiona el Anpa en las instalaciones del centro. 

La madre del menor relató en la sala que su hijo -que no tiene la capacidad de hablar- llevaba varias semanas orinándose encima y llorando a la hora de entrar en clase. Otras madres, que estaban presentes a la hora de comer, habían observado un comportamiento inapropiado por parte de Isabel P.F. La progenitora relató lo que pudo saber a través de los testigos: “Se caía muchas veces de la silla y no lo levantaba”, señaló. Además, concretamente el día 29, y tal y como recoge el Ministerio Fiscal, “en un momento dado, cuando el menor se negaba a comer, realizó una maniobra de contención, sujetándole las manos mientras le colocaba una rodilla para impedir que se moviese”. Mientras, presuntamente, también le gritó que “iba a comerse el plato por sus narices”.

La madre también indicó que al conocer la situación, el director del centro la llamó para que acudiese a una reunión, en la que estaría presente la cuidadora, para explicar lo que había pasado y pedir disculpas. “Paseime un pouco, síntoo, non vai volver a pasar”, les dijo a los progenitores. Por su parte, el director del centro señaló que no recordaba dicho encuentro. 

El padre del niño también añadió que, durante estos episodios, su hijo había cambiado su actitud: “Se sentaba serio, con restos de lágrimas en los ojos”. Tras este episodio, lo cambiaron de colegio y su actitud también mudó a mejor.

Otros testigos

 Durante el juicio también intervinieron otras monitoras del comedor. Una de ellas aseguró que la acusada actuaba de manera muy brusca y agresiva. También que la imputada le metía la cuchara a la fuerza en la boca y que lo sentaba inmovilizado contra una pared mientras el niño se resistía. 

Por otra parte, la terapeuta del niño aseguró que el menor acudía “más irascible, llorón y desorganizado a las sesiones”. Al percatarse de que algo estaba ocurriendo, pidió a los padres que observasen con más atención a su hijo. 

¿Delito? ¿Infracción?

La acusación particular señala que este caso se trata de un delito contra la integridad moral, con el agravante de abuso de poder, y piden dos años de prisión y una indemnización a la Xunta de 6.000 euros. La Fiscalía, sin embargo, solo recoge el episodio vivido el 29 de noviembre (sin las interacciones de otros días) y pide el pago de una multa por un delito de lesiones leves.

En el otro lado, la defensa pide la absolución de Isabel P.F., por diferencias en los relatos de los testigos y asegurando que fueron hechos puntuales.

La abogada de la Xunta (que tiene la responsabilidad civil) afirmó que no estaban ante un delito, sino ante una infracción administrativa, “por la que la acusada ya habría sido apercibida”. 

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