El Adif no esperará a tener finalizados todos los trabajos en la línea de alta velocidad para iniciar la fase de pruebas. El próximo mes de marzo comenzará con las pruebas de carga en los viaductos, una decisión que le permitirá ganar al menos dos meses en ese período indefinido que se destina a la verificación de las condiciones de seguridad de todos los elementos: desde las pruebas de carga en los viaductos hasta las de los sistemas de comunicación y control de tráfico y de los equipos de seguridad y protección civil en los túneles.
Según los últimos pronósticos, el tramo Zamora-Pedralba entrará en servicio entre los últimos días de mayo y los primeros de junio de este año, 16 meses después de haber iniciado las pruebas.
Complejidad técnica
Dada la complejidad técnica del último tramo de la línea gallega de alta velocidad, el tiempo de pruebas podría ser del orden de 18 meses, lo que significa que los primeros trenes comerciales no llegarían a Ourense hasta los meses de enero o febrero de 2022. No obstante los protocolos se van afinando cada vez más y los tiempos entre el final de la obra y la entrada en servicio se van reduciendo tras cada nuevo tramo que entra a formar parte de la red de alta velocidad del Adif.
Por ese motivo la dirección del Adif ha determinado iniciar las pruebas de carga en viaductos, tan pronto como la vía esté en condiciones de admitir el paso de los trenes con los que se realizan las mismas, lo que se prevé que suceda en unas semanas. Las pruebas de carga entre Zamora y Pedralba de la Pradería duraron algo menos de dos meses y se realizaron en un total de 14 viaductos, todos ello de vía doble, que sumaban 3.938 metros de longitud, frente a casi 9 kilómetros de los 25 viaductos que hay entre Pedralba de la Pradería y Taboadela, la mayoría de los cuales son de vía única.
Este anticipo de las pruebas de carga podría ser la clave para que en vez de 2022, los trenes de alta velocidad puedan llegar a la estación de Ourense en servicio comercial en el último trimestre de 2021, si no surgen imprevistos.
Las pruebas comenzarán en la provincia de Zamora, con el viaducto de Requejo, de 2.079 metros que salva el valle del río Requejo y es de doble vía, el más largo de toda la línea gallega. Le seguirán, el viaducto de Los Pedregales, vía derecha, de 880 metros de longitud, que se encuentra entre los túneles de Requejo y El Padornelo; los pequeños viaductos de Leira y Pedro, sobre los arroyos de los mismos nombres, de 168 y 295 metros, respectivamente, entre los túneles del Padornelo y Hedroso. Los últimos viaductos en suelo zamorano son los de Porto y Tuela, de 90 y 289 metros de longitud, respectivamente. Este último, salva el valle del río Tuela, que aguas abajo, ya en suelo portugués se integrará con el río Túa y desembocará en el Duero.
Este viaducto, construido con cimbra autolanzable, tiene su hermano de la vía izquierda en la fase inicial de construcción, aunque en este tramo, la vía izquierda no entrará en servicio hasta mucho después de inaugurada la línea.
Ya en la provincia de Ourense, los primeros viaductos sobre los que ya están colocados los carriles de la vía y se espera que queden listos para su verificación en los próximos días son los de Vilavella, sobre el arroyo Veiga de Pontón, con una longitud de 144 metros y el de Carriñal, de 30 metros de longitud, ya en el puesto de banalización de Vilavella, el único que soportará cuatro vías sobre su tablero.
