Ante el panorama de gasto en energía, las administraciones se reinventan. En el Campus de Ourense dan luz verde a la calefacción si la previsión de temperaturas mínimas alcanza los ocho grados. También se limita el uso de las estufas portátiles.
Ante el frío invierno, las administraciones públicas se reinventan para impulsar medidas de ahorro energético más exhaustivas debido al encarecimiento de precios. Desde el cierre de edificios en la época de menos actividad hasta el control exhaustivo de la meteorología para dar luz verde diaria al encendido de la calefacción.
- Cierre de edificios. El Campus de Ourense baraja por primera vez cerrar edificios en Navidad. “En verano ya lo hacíamos porque baja la actividad docente. Planteamos el cierre de Nochebuena a Fin de Año, solo se calefactarían los edificios administrativos y bibliotecas. Creemos que merece la pena”, señala Jacobo Porteiro, responsable de Sostenibilidad.
- Limitar el uso de calefactores individuales. En la Diputación de Ourense, hay oficinas más frías en las que la calefacción no funciona tan bien, teniendo en cuenta además que son edificios antiguos. Por este motivo, prevén instalar bombas de calor en algunos puntos. Mientras tanto, para utilizar calefactores individuales, hay que hacer solicitudes. Ocurre lo mismo en el Campus, donde se limitó este año el uso de los calefactores individuales. Aquellas zonas en las que es estrictamente necesario este sistema, tienen que disponer de una autorización.
- Intensificar el control. Las administraciones realizan un control más exhaustivo en la calefacción. En el caso del Campus, “la autorización del encendido de la calefacción se hace en base a la previsión diaria de Meteogalicia, que miramos a primera hora de la mañana. Damos el visto bueno si las temperaturas mínimas bajan a los ocho grados”, explica Jacobo Porteiro. En la Xunta, el delegado Gabriel Alén también admite que “agora ponse máis atención ao exceso de temperatura que poida darse”. También en la Diputación se ciñen “a no pasar de los 20 grados”.
- Los horarios. Una de las medidas principales de ahorro es la reducción de horas de uso de calefacción. En este sentido, coinciden todas las administraciones en aplicar la norma.
- Actuar en el edificio. Las rehabilitaciones para mejorar la eficiencia energética de los edificios son la medida más potente, también la más costosa. En el caso de los centros educativos, el delegado de la Xunta, Gabriel Alén, recuerda que el nuevo plan de arquitectura pedagógica de Galicia “ten un 40% de medidas que son destinadas exclusivamente á eficiencia enerxética”.
- Colectas. Al margen de las Administraciones, las entidades sociales también buscan alternativas. En la Iglesia se plantean colectas extra para que los fieles ayuden a pagar la calefacción. Además, se tira de lo tradicional: las mantas también van a misa.
