El coste de la energía se dispara para las Administraciones de Ourense: “Es una locura”

Estudiantes preparando la selectividad en la biblioteca del campus
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El concurso para contratar el suministro en la Diputación de Ourense queda desierto y en el Campus plantean cerrar edificios en Navidad por el coste de la energía

El alza imparable de precios en los combustibles augura un invierno duro para los particulares, pero también para las administraciones públicas de Ourense. Las comunidades de vecinos se ven obligadas a aprobar derramas para poder hacer frente a los gastos de calefacción, que se han duplicado e incluso triplicado desde que estalló la guerra de Ucrania. Pero más allá de los particulares, la administración pública de Ourense también tiene que hacer frente a una escalada de precios que multiplica la factura. El encarecimiento del gasóleo está dejando desiertos los concursos de suministro en instituciones como la Diputación de Ourense, ya que las empresas de energía ven imposible comprometerse a pactar un precio válido para tres años, teniendo en cuenta las subidas continuas del combustible. En la Universidad de Vigo -Campus de Ourense- se plantean, por primera vez, cerrar edificios durante la Navidad, como se hace en verano durante 15 días para ahorrar energía. Las facturas, en algunos casos, se han duplicado a consecuencia de la guerra de Ucrania y Rusia, la subida del IPC y el encarecimiento de los precios en general. 

La sartén por el mango

“Las empresas tienen la sartén por el mango, no se presentan al concurso, nos dejan desierto el procedimiento y nosotros seguimos necesitando gasóleo. Por eso lo terminamos pagando  al precio real”, explican desde la unidad de régimen interno de la Diputación de Ourense. El concurso de suministro de energía para dotar de calefacción al Pazo Provincial, al centro cultural Marcos Valcárcel y al Paco Paz se queda desierto y la institución se ve obligada a actuar como un particular para calentar sus edificios. “El depósito tiene 10.000 litros. Cuando se está acercando a 3.000, compramos. Pero si el precio está muy alto nos lo pensamos y esperamos un poco, como un particular. En verano, por ejemplo, bajó tanto el precio que aunque aún teníamos el depósito a la mitad, ya lo llenamos de golpe porque cundía más”, explican desde este departamento. Admiten que la subida del gasóleo “es un problema, porque las empresas no se la juegan con esta locura de precios”. Calculan un incremento en la factura en torno al 30% desde que estalló el conflicto ucraniano. De hecho, creen que “no nos va a llegar el dinero este año” para pagar el gasóleo, por lo que en marzo podrían tener que tirar de una modificación de crédito para hacer frente a este gasto. 

Derivar partidas

En el caso de la Xunta de Galicia, el sistema de energía tiene centralizada la compra desde la Consellería de Economía. “Funciona moi ben e permítenos un aforro enerxético moi importante”, puntualiza Gabriel Alén, delegado de la Xunta en Ourense. El incremento en el gasto de energía en los edificios ourensanos “é moi potente, hai que derivar partidas doutro lado para que haxa unha partida suficiente para facer fronte aos gastos. Porque a factura enerxética hai que pagala”. Con todo, Alén incide en medidas de eficiencia energética como las luces led, las obras en cubiertas de edificios o la reducción de la huella de carbono, que permiten aliviar esta situación.

Geotermia

En el caso de la Universidad, el Campus de Ourense busca fortalecer su apuesta por la geotermia para paliar los costes del gas y mejorar el impacto ambiental. Jacobo Porteiro, adjunto al rector para la Sostenibilidad, señala que “el precio de la energía se multiplicó por dos en 2022 y ya se nos advirtió que en 2023 se multiplicaría por tres, y cuando advierten, hay que recortar de otro sitio. Toca actuar sobre el consumo, revisar hábitos sin que afecten a la actividad”. Porteiro señala que el Campus de Ourense consumió 1,4 millones de kilovatios-hora en 2021 de gas natural, cuyo coste ascendió a 86.400 euros. Teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento que maneja su departamento, este gasto podría cerrar el 2022 en más de 170.000 euros, mientras que en 2023 podría ascender a 260.000 euros. Ante esta perspectiva del gas natural, Porteiro recuerda la importancia de la geotermia que está instalada en el edificio de Ferro y que prevé llegar a más centros. “Pocas soluciones mejores que la geotermia hay para conseguir una calefacción eficiente”, explica. El modelo del edificio de Ferro, que combina también la aerotermia, prevé replicarse en otros edificios.

En el caso de la subdelegación del Gobierno central en Ourense, no facilitan datos del incremento en la factura, pero el subdelegado, Emilio González Afonso, admite que “pónse menos horas a calefacción e contrólanse mellor as temperaturas, revisando tódalas instancias”.

En el ámbito sanitario, el CHUO acaba de ser premiado por su compromiso con el medio ambiente entre los diez hospitales más verdes del país. El vicepresidente de Recursos Económicos del área, Xavier Novoa, señala que “dar sombra a nuestros pacientes en la explanada delante del edificio de Hospitalización es el objetivo de las pérgolas vegetales que instalaremos en breve, además de bajar unos grados la temperatura en los meses de verano”. Para el hospital comarcal de Verín planean recoger agua de lluvia de las cubiertas, que usarán para regar; mientras en el de O Barco instalarán cubiertas vegetales para mejorar el aislamiento con plantas resistentes a la sequía.

Comunidades energéticas

El elevado gasto en consumo eléctrico incentiva la búsqueda de iniciativas alternativas. En esa línea, la Diputación tiene en marcha un programa piloto de comunidades energéticas locales, que permitirían ahorrar hasta un 50% del gasto -tanto de los vecinos como de las administraciones- y que se basan en la utilización de fuentes renovables. Riós, A Gudiña, A Peroxa, Muíños, Carballeda de Avia, Larouco o San Xoan de Río se encuentran dentro de esta iniciativa, que incluye la instalación de sistemas de autoconsumo y gestión de la energía en el propio territorio. 

Al margen del programa provincial, otros concellos, como Coles, Verín o Manzaneda, también buscan alternativas para depender lo mínimo posible de las grandes empresas energéticas.

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