“Por la boca entran la salud y la enfermedad”, afirmaba recientemente el reconocido chef Karlos Arguiñano en una entrevista. En Ourense, sus habitantes lo saben bien ya que es una de las provincias más longevas de España. Además, la alimentación saludable se ha puesto de relevancia y en la ciudad concretamente ha estado creciendo en el último decenio.
Natalia Pérez, la propietaria de Eu consumo responsable, en las inmediaciones de San Lázaro, abrió su tienda hace 10 años. Afirma que la afluencia de personas en busca de estos alimentos “aumenta notablemente cada año”. Piensa que se debe en parte a que también es más fácil de encontrar y conseguir “tanto en grandes superficies como en tienda pequeña”.
La autónoma explica que lo que más se compra son “frutas, verduras frescas y lácteos”, pero destaca que últimamente “va mucho producto de proteína vegetal” para vegetarianos y veganos.
En el otro extremo, David Rodríguez, dueño de O Cabaceiro, defiende que el 40% de su clientela acude en busca de productos ecológicos: “A xente vén máis porque son do barrio e lles queda a man”. Charo González, una vecina que se encuentra en el establecimiento, asegura que viene “porque está todo buenísimo”. El último barómetro de CRAEGA, que estudia las razones de consumo de estos alimentos, avala su respuesta: después de la salud (41%), la gente los compra por su mejor sabor (9,4%) y calidad (9,3%). Y es que, como dijo Ludwig Feuerbach en 1850, haciendo referencia a la importancia de hacer comidas variadas y naturales: “Somos lo que comemos” .
Los productos de O Cabaceiro vienen de pequeños horticultores y ganaderos de Ourense. Ismael Sanaguiar tiene una ganadería cárnica en Vilar de Barrio, con 70 vacas. El empresario asegura que pese a recibir ayudas, se ven asfixiados con los gastos en la alimentación natural de los animales. Señala que les cuesta mucho comercializar la carne: “Deixámonos os cartos en pensos e aquí temos que vendela como convencional porque non ten saída”. Sin embargo, hace un matiz interesante: “A ecolóxica expórtase a Europa”.
El apicultor Ricardo Gamarra lleva una granja de abejas en Tronceda. Tiene más de 100 panales y optan “por la venta de proximidad”. Gamarra asegura que su sector tiene mucha demanda: “La miel de Galicia es de muy buena calidad y está muy solicitada”. Pero advierte de que “la oscura se usa para hacer siropes”, y la mezclan con otras “que vienen de China”. Por ello, pide a los consumidores “que estén atentos al etiquetado, y que sea de productores locales”.
Ambos granjeros coinciden en que “el campo no tiene sábados ni domingos”, en palabras del apicultor. Pero el coste de los cuidados guardando el bienestar animal “se refleja en nuestra salud”.
“O receso nas vendas nótase moito”, comenta el horticultor Manuel García, de Daiquí, que abastece a 100 familias. “Depende moito dos valores do consumidor e chegada a crise parece que prioriza máis gastar os cartos en alimentos baratos que en saúde”. De hecho, el último barómetro de CREAGA sitúa el precio como primer motivo para no comprar alimentos ecolóxicos. El granjero advierte: “O barato sae caro”, y ejemplifica: “Cando nas grandes superficies mércase bollería industrial e bebidas azucaradas que non son necesarios”. El de Manuel, como el de Ricardo e Ismael, son proyectos con una gran preocupación por el medioambiente y las personas: “Ao final os hospitais están cheos de enfermidades por mor de produtos tóxicos”.
