Medicina rural

Antón Núñez-Torrón: "El rural goza de un gran espíritu de comunidad para cubrir carencias"

El médico Antón Núñez-Torrón.
photo_camera El médico Antón Núñez-Torrón.

 

Médico del centro de salud de Matamá (Vigo), fue uno de los protagonistas de las jornadas de Medicina Rural

La acción comunitaria que desempeñan los médicos en los entornos donde atienden a sus pacientes cobra más importancia. Antón Núñez-Torrón, médico residente de último año en el centro de salud de Matamá (Vigo), habló sobre la necesidad de que su figura sirva de nexo entre la población y otros organismos para mejorar la salud psicosocial.

¿Qué supone para los médicos esa implicación comunitaria?

Desde hace relativamente poco se habla cada vez más de ellos y para el médico significa cambiar la forma de ver las consultas. Supone pasar de un modelo biomédico a uno biopsicosocial basado en la salud. Es muy importante seguir con lo que hacíamos hasta ahora y complementarlo con otros aspectos que pueden ayudar a mejorarla en conjunto, no centrarnos solo en las enfermedades. Los médicos debemos identificar las necesidades de la gente y luego pensar para priorizar las intervenciones. Para ponerlo en marcha necesitamos la implicación también de farmacéuticos, del Concello o de trabajadores sociales. 

¿Escuchan las necesidades de la población?

Estamos en una situación privilegiada, porque los pacientes confían en nosotros para contárnoslas y nos hacemos una idea de lo que necesitan. Es fundamental la longitudinalidad que tenemos y no perderla, porque les acompañamos desde el principio hasta el final de la vida. Conocemos sus circunstancias y a sus familias, por lo que podemos ayudarles.

¿Son un nexo entre sus pacientes y organismos como la administración pública?

Lo somos. Tejemos alianzas para identificar los problemas y ponernos de acuerdo con quien haga falta para solucionarlos. Sin olvidar que no somos esenciales en el proceso, cada uno cuenta con su papel. Lo que no puede ocurrir es que, si falta el médico, se pierda el tejido creado para cubrir las necesidades de los ciudadanos. El profesional que llegue deberá adaptarse a ese sistema que otros sostienen con su implicación.

Las nuevas generaciones médicas, ¿lo aplican más?

Es importante que los nuevos profesionales participemos, porque forma parte de nuestra especialidad. Durante mucho tiempo no nos implicamos y tratamos de recuperarla. Necesitamos a otros médicos que nos guíen. Yo coincidí con profesionales que me transmitieron este aprendizaje, lo que demuestra que en el plan docente de nuestra especialidad tiene que haber comunidad. En Vigo tenemos un sistema para los residentes, con una localización de los recursos disponibles en varias áreas. Estamos acostumbrados a prescribir ibuprofeno, pero con estas agendas podemos recomendar a un paciente una clase de pilates, decirle dónde la hay y que se adapte a sus circunstancias socioeconómicas.

El rural, ¿es más sencillo para ponerlo en práctica?

El rural es maravilloso para la medicina comunitaria. Es el entorno que más sufrió las desigualdades en salud. Siempre careció de los recursos, pero gozaba de un espíritu de comunidad que necesitaban para cubrir esas necesidades.

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