Arquitecto

Antonio Lamela: ‘Debemos sacar provecho a la globalización’

Con una ponencia titulada ‘Hay que amoldarse a los tiempos en que se vive’, el arquitecto Antonio Lamela expondrá la necesidad de adaptarse al mundo globalizado.
Es uno de los arquitectos más prestigiosos del panorama español actual, autor de emblemáticos edificios. Además, Antonio Lamela es autor de la teoría del cosmoísmo y geoísmo, que expondrá en la conferencia que le trae mañana a Ourense, dentro del foro La Región, y que lleva por título ‘Hay que amoldarse a los tiempos en que se vive’. También explicará su visión sobre la arquitectura y el urbanismo, así como otras cuestiones concretas ‘tanto sociales, humanísticas o arquitectónicas’.

¿Qué aportan las teorías sobre cosmoísmo o geoísmo? He trabajado mucho para interpretar los movimientos derivados de la globalización y la mundialización, que obligan a reconsiderar nuestros conocimientos y actualizarlos de forma muy amplia. Cambia el concepto de vida y de ser humano en el planeta Tierra e incluso más, porque el hombre ha superado el globo terráqueo y se ha introducido en el cosmos próximo, lo que tiene una gran trascendencia. Pronto habrá proyectos que traspasen el sistema solar. Un ejemplo del fenómeno de la globalización: aquí en Madrid, puedo tomar fruta de las antípodas, de Nueva Zelanda. El mundo se ha empequeñecido relativamente.

¿Han sido bien acogidas estas teorías? Cuando empecé a defenderlas, hace ya casi medio siglo, la gente pensaba que era utópico, idealista. Les costaba entender y dimensionar estas teorías. Pero en estos momentos se entienden perfectamente y son manejadas por el mundo entero. ¿Está la sociedad receptiva a estas aportaciones? El ideal es estar preparados para entender lo que nos aportan otras culturas y civilizaciones y hacerlas compatibles. Hoy podemos valorar fácilmente que todos vivimos en un globo azul que flota en el firmamento. Estamos en situación de cambio indiscutible, pero no podemos estar en contra de la globalización, tenemos que saber gobernarla para sacarle provecho.

Sin embargo, el entendimiento con algunas culturas sigue siendo muy difícil.

Cada día menos, afortunadamente. La convivencia facilita el entendimiento. Eso sí, hay que separar los radicalismos, eso es lo malo dentro de cualquier tipo de cultura. Los radicalismos, llevados a extremos que no permiten la convivencia, son peligrosos, pero no sólo con personas o culturas ajenas a la nuestra, sino que en nuestra propia historia también lo vemos.

¿Es compatible esto con los valores tradicionales o supone su pérdida? La clave está en conjugarlos y en saber manejarlos de forma armónica y compatible.

Defiende un mundo sin fronteras.

Hoy vivimos por encima de las fronteras que en su día inventamos, pero ya no tienen sentido. Tampoco las fronteras horarias. La hora desaparecerá como medida de tiempo: el horario se sustituirá por el ‘tacario’ y todos estaremos en el mismo ‘tac’, aunque unos en un sitio se acuestan y otros levantan.

¿Cómo afecta la globalización a la arquitectura? Hoy hacemos el mismo tipo de arquitectura para cualquier lugar del mundo: mismos elementos, materiales, sistemas constructivos y normas. Ya no se diferencia un edificio de Dubai de uno de Ponferrada. Eso sí, hay que tener en cuenta las circunstancias de cada lugar, como el paisaje, el medio ambiente o el clima.

Entre su obra más reciente destaca la T4 de Barajas. ¿Qué le ha influenciado? Supone una gran puerta de entrada y salida de España. Ha sido muy bien acogida, es una obra que sorprende y los que entran tienen ya una buena valoración. Pero luego también se procuró mantener ese respeto al entorno.


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