Los apicultores ourensanos alertan: “Este ano hai moita máis velutina”

Un bombero de la ciudad retira un nido de velutina.
photo_camera Un bombero de la ciudad retira un nido de velutina.
En zonas como Pereiro o Cartelle ya han colocado trampas; la alta montaña, por ahora, se salva

Los apicultores ourensanos prevén una campaña difícil, marcada por el impacto de la velutina. La avispa asiática no deja de crecer en la provincia, así como su área de influencia, y la llegada de los insectos se adelanta cada vez más, lo que obliga a los productores a colocar trampas desde inicios de verano para evitar que se coman a las abejas. En Pereiro de Aguiar, Cartelle o Ribadavia, muchos apicultores ya han instalado arpas eléctricas en sus colmenas, uno de los métodos más eficientes. “Nós imos salvando, por ahora, pero porque temos as trampas. Sen elas, isto non vai adiante, porque xa temos unha abundancia de velutina que non é habitual nesta época do ano, normalmente chegaban en setembro”, apuntan desde Mel do capador, en Pereiro.

Álvaro Feijóo, de Apícola Monte das Meigas de Cartelle, da cuenta de la inventiva de los apicultores para reducir el impacto de las avispas, además del importante desembolso económico. “Agora temos que ser electricistas, fontaneiros… de todo, porque se non, mórrenche todas as colmeas”, asegura. Feijóo diseñó una trampa en forma de cajón, con dos botellas laterales en las que se quedan aprisionadas las velutinas. “Está funcionando moi ben”, añade.

Juan Luis Damea, encargado de retirar los nidos en la Mancomunidad de Monterrei, habla con preocupación del incremento de la avispa en este 2023. “Só no que levamos de ano xa saquei 2.300 reinas e 109 nidos, cinco veces as cifras do ano pasado. Hai moitísimas, choveu moito e non fixo moito frío, o que lle axudou a reproducirse”, detalla. Calcula finalizar el año con más de 300 nidos retirados, porque “aínda queda a peor época”.

Con todo, combatir el avance de la velutina es tarea imposible. “Cada mes de febreiro volve empezar todo o ciclo, porque é cando empezan a poñer os primeiros nidos. Non deixa de crecer porque non ten depredador, só nós”, señala Feijóo. Alfonso Iglesias, gerente de Mel Sacra, asegura que el único método efectivo es colocar las trampas en primavera (o finales de febrero en las zonas de clima más templado): “No vamos a acabar con ella, está claro, pero trampear cuando coloca los nidos primarios (los más pequeños) permite controlar un poco la expansión. Es importante hacerlo en las zonas en las que el año anterior hubo nidos, porque ahí es donde las reinas suelen crear los nuevos”. Iglesias explica que las velutinas no solo se comen a las abejas autóctonas, sino que también las persuaden de salir de la colmena. “De esta forma, las abejas comen el alimento almacenado y, cuando llega el invierno, no tienen comida. Por eso les estamos dando azúcar, para que sobrevivan esos meses”. 

Zonas de alta montaña

Por ahora, los apicultores de la alta montaña son los únicos que se salvan de los daños provocados por la especie invasora, ya que las bajas temperaturas dificultan la supervivencia de los insectos. De hecho, muchos productores de Pontevedra, donde el impacto es mayor, han trasladado sus colmenas a zonas ourensanas para escapar de las avispas. “Nós polo de agora non tivemos problemas, os que estamos tan altos imos salvando”, dice Amable Pérez, de Ecomel, en Muíños. 

En Souteliño (Laza), José Antonio Pazos, más conocido como“Ñaca”, de Aialma, también da cuenta de los beneficios de la alta montaña. “Entre a temperatura baixa e a altura, aquí case non temos vespas, vese algo a partir de agosto”, apunta. 

Alfonso Iglesias explica que la velutina irá adaptándose cada vez más. “En las zonas altas hay mucha más velutina que hace un lustro. Cada vez hiberna más tarde, se aclimata, las estaciones tienen picos menos definidos… Al final, aquí pasará lo que en otros países, que los nidos perduren durante todo el año”.

El noroeste de la provincia, el área más afectada por la avispa asiática

Los datos de la Xunta sobre alertas de nidos de velutina en 2022 muestran que el noroeste de la provincia es el área con mayor presencia de la especie invasora. Ourense fue el concello con más alertas registradas en el servicio del 012 de la Administración autonómica el pasado año, seguido de Pereiro, O Carballiño y Celanova. Municipios como Piñor, Cea, Vilamarín, A Peroxa, Avión, O Irixo, Leiro, Padrenda o Ribadavia también contaron con una alta incidencia de avispa asiática. 

Por el contrario, en el concello de A Gudiña no hubo ningún aviso de velutina al 012. En los municipios de la comarca de Valdeorras o terra de Caldelas, la Xunta registró una incidencia reducida (menos de 25 alertas en cada concello).

Este 2023, la presencia de avispas en la ciudad sigue aumentando. Los bomberos, los encargados de retirar los nidos de velutina en el perímetro urbano, atienden entre ocho y trece llamadas de vecinos cada día. La mayoría de las colmenas se colocan en los tejados, así como en terrazas de viviendas deshabitadas.

Resto de Galicia

La provincia ourensana es la que registra, por ahora, la menor presencia de avispa asiática en toda Galicia. Los datos de la Xunta muestran gran incidencia en Pontevedra, A Coruña y Lugo (excepto la zona de alta montaña). En el conjunto de la comunidad, Pontevedra, Vigo, Carballo, Santiago y Oleiros fueron los municipios con más alertas al 012 por presencia de velutinas en 2022. El registro  da cuenta del avance paulatino de la velutina: en 2015, casi todo el territorio ourensano y lucense apenas contaban con avispas.

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