Junto a las peluquerías, las tiendas de ropa o las librerías, una categoría de establecimientos que muchos estaban deseando que levantasen la persiana es la de los bares. Esta mañana -un arranque de fase cero entre la cautela, la ilusión y las dudas- se podía cumplir este deseo, aunque fuese con un regusto extraño: varios ourensanos han podido disfrutar hoy de su primer café de bar en semanas... para llevar y en vaso de plástico o cartón, eso sí.
Todavía faltan algunos días para la ansiada vuelta a las terrazas, y estos sorbos de café -tan cotidianos, pero casi clandestinos- nos levantan el ánimo. Alguno, eso sí, no se conformaba con un cortado: ya se ha visto a quien esta mañana pedía para llevar un licor café para encarar el día.