Los trabajadores del transporte por carretera van a la huelga este viernes en toda Galicia para desatascar la negociación de su convenio. Así lo explicaban ayer representantes de las secciones ourensanas de los sindicatos Unión Xeral de Traballadores (UXT), Comisiones Obreras (CCOO) y Confederación Intersindical Galega (CIG). Denuncian que el diálogo está en un punto muerto.
“As empresas non fan ningunha oferta”, criticó Tito Pumar, de CCOO-Estradas, en una rueda de prensa convocada para explicar los pormenores de la huelga. Según relató, las compañías alegan que la Xunta no puede pagar más por los contratos del Plan de Transporte, que tampoco escapó de las críticas de los trabajadores.
Los convenios en el sector son provinciales
Y tal y como denuncian los sindicatos, el de Ourense está “desfasado completamente”, en palabras de José Manuel Gómez, trabajador del sector y delegado de UXT. Rubén Requeixo, de la federación de transportes de la CIG, también incidió en este punto: “É o convenio máis baixo do Estado con diferenza”.
Los sindicalistas lamentaron que están pagando las ofertas a la baja que hicieron las concesionarias -por ejemplo, Monbús, entre otras- para hacerse con la gestión de las líneas. Pumar recordó que cuando se elaboró el Plan “vímolo vir e denunciamos isto”. La subida contemplada por el Plan, detallan, es del 1%, pero exigen acordar una de un punto sobre el IPC. “É culpa das empresas, que non nos pagan. Os traballadores non poden estar condenados”, remarcó.
Jornadas de trabajo maratonianas
Las reclamaciones de los trabajadores también se centran en torno a las jornadas maratonianas de los conductores, que llegan hasta las 15 horas diarias. Aunque no todo es conducción, el tiempo entre servicios no se considera como jornada laboral. “Falamos de conciliación e imos para atrás”, dijo Pumar. “O exemplo é que non hai relevo”, sostuvo en referencia a la gente joven: “As propias empresas recoñecen que teñen falta de chóferes”. Asimismo, reclaman mejores condiciones para las acompañantes del transporte escolar, que llegan a duplicar las horas de su contrato, según censuran.
Los representantes sindicales defendieron su derecho a la huelga y de pedir comprensión a los usuarios. Pumar denunció que los servicios mínimos que se prevén son “totalmente abusivos” y un “abuso do dereito de folga”. En este sentido, advirtió de que “non podemos garantir que se vaian cumprir todos”. Y recalcó que avisan con tiempo para que los viajeros busquen alternativas. Requeixo quiso “pedir desculpas polo que poidamos ocasionar”. Sin embargo, fue tajante: “A folga é necesaria”.
Y hubo una advertencia. Si no hay mejoras después de Semana Santa -son pesimistas-, barajan más paros y más “contundentes”.
