Avlo sigue sin cumplir su horario siete días después

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Avlo, el servicio “low cost” de Renfe, se estrena con una semana de retrasos

El Avlo, a su paso por Ourense (Marcos Conde).
El Avlo, a su paso por Ourense (Marcos Conde).

Hace una semana Galicia estrenaba el servicio “low cost” de Renfe. Los trenes de Avlo llegaban a la comunidad con una serie de promesas, entre ellas, ser esa gran alternativa de bajo coste que permitía a sus viajeros un trayecto de alta velocidad a un precio asequible a la mayoría de los bolsillos. Una nueva conexión con la capital que aseguraba situar a aquellos compradores del billete en apenas 2 horas y 40 minutos en Madrid. Una promesa que, a una semana de ese primer viaje, todavía no se ha podido cumplir.

Ayer, lunes, fueron 23 los minutos que el tren tardó en salir de la estación Chamartín-Clara Campoamor. Finalmente el convoy llegó a la estación de Ourense a las 20:13 horas en lugar de a las 19:50. Y, aunque el tiempo ha disminuido a lo largo de estos días, todavía se encuentra algo lejos de cumplir con la puntualidad. El resultado ha sido el de una gran odisea a lo largo de esta semana, especialmente en el trayecto de regreso a la comunidad gallega. Un viaje que todavía tiene una cuenta pendiente: lograr llegar a Ourense a la hora que afirma el billete.

Retrasos

Ya han pasado siete días desde que el primer tren low cost se estrenara en Galicia. Una opción muy emocionante en materia de transporte para una comunidad que se ha caracterizado siempre por las malas comunicaciones. En diciembre de 2021 llegó el primer AVE a Galicia, fue la capital ourensana el primer destino que pisó este tren de alta velocidad, y desde entonces, este tipo de mejorías denotan la importancia de esta ciudad como puerta al resto de la comunidad. La primera salida del AVLO de Madrid a Ourense se produjo el 23 de julio, aunque las cosas no salieron como se esperaban, ni para la compañía ni mucho menos para esos 581 viajeros que se encontraban en su interior. El tren de bajo coste tardó en salir de Chamartín casi tres horas, llegando a Ourense a las 22;45 horas en lugar de las 19;50 (su hora estimada).

El Avlo, a su paso por Ourense (Marcos Conde).
El Avlo, a su paso por Ourense (Marcos Conde).

Los retrasos siguieron acumulándose en los días venideros. Una sucesión que no ha parado desde su funcionamiento y que hace desconfiar a aquellos que compran uno de estos billetes “low cost”. En la jornada siguiente, miércoles 24, el tres tardó en salir de la capital una hora y veinte, un tiempo que no consiguió recuperar a lo largo del trayecto y que finalmente desembocó en la llegada del convoy a la ciudad de As Burgas casi dos horas tarde. El jueves disminuyó ese retraso en 50 minutos. Los pasajeros no entendieron ese día el motivo de las paradas del tren.

El gigante y largo vehículo se detuvo en túneles y mesetas en diferentes puntos del viaje. Al llegar a la estación ourensana los viajeros bromeaban sobre la belleza del paisaje castellano. Al menos, aquellos pasajeros tuvieron un tiempo libre que pudieron dedicar aunque fuese a sumergirse en sus propios pensamientos. Al día siguiente, viernes 26, siguió con la tónica del día anterior, una hora y cinco de retraso.

Llegó el fin de semana, y con él, ese rumbo que Avlo había ido dejando en los días anteriores con una estela de retrasos recorriendo el noroeste del país, parecía ir disminuyendo poco a poco. Aunque fue el sábado cuando consiguió revertir ligeramente esa tendencia. Es cierto, el tren continuó con su impuntualidad pero esta vez fue casi media hora y parecía que un poco de esperanza comenzaba a asomarse entre esas vías. El domingo cerró la semana con algo más de ilusión, tan solo fueron once los minutos que el tren “low cost” tardó en llegar a la ciudad. Lejos quedaban esas horas interminables en la estación o los minutos varados en un túnel o en medio del páramo segoviano. Habrá que ver si algún día cumple la promesa.

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