Los bajos salarios y el elevado alquiler lastran la emancipación de los jóvenes

La vida de los jóvenes es cada vez más difícil y los ourensanos no son ajenos a ello. Su tasa de emancipación ha tocado fondo y ya es la peor de lo que va de siglo. Apenas el 16% de las personas entre 16 y 29 años consigue vivir fuera de su núcleo familiar de forma independiente. La principal razón no es otra que la subida del precio de los alquileres, muy superior a las recientes subidas salariales. A su vez, el coste de los suministros se ha disparado un 70%.

El primer punto crítico al que se enfrentan los jóvenes ourensanos es el mercado laboral. Aunque la tasa de paro juvenil no es excesivamente alta -supera el 8%-, los bajos salarios lastran la capacidad adquisitiva de la juventud. Los últimos datos recogidos por la Agencia Tributaria respecto al mercado de trabajo ourensano reflejan que el salario medio anual de los menores de 35 años se sitúa en 12.230 euros que, distribuidos en 14 pagas, se convierten en 873 euros al mes. No se acercan, ni por asomo, al Salario Mínimo Interprofesional fijado en 1.134 euros por mensualidad. Aunque más dramática es la situación para la franja entre 18 y 25, cuyo salario medio apenas alcanza los 6.800 euros anuales (485 en 14 pagas).

La mitad de los jóvenes ourensanos que encuentran empleo lo hacen mediante contratos a tiempo parcial

La temporalidad en sus empleos, ya sea porque aún están cursando sus estudios o porque no se les ofrece un empleo a tiempo completo, hace que los jóvenes sean incapaces de encontrar estabilidad. Cerca del 90% de las nuevas contrataciones entre los menores de 30 años ha sido temporal. Además, casi la mitad de los contratos firmados por los jóvenes ha sido a tiempo parcial, según los datos del SEPE.

Esta precariedad no se debe a una falta de preparación, ni mucho menos. Y es que según el informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, el 40% de los jóvenes trabajadores tiene un nivel de cualificación superior al que requiere el puesto que ocupa.

La vivienda, otra traba

Las bajas retribuciones unidas a un precio de alquiler en máximos históricos, hace de la emancipación un sueño inalcanzable para muchos jóvenes de ourensanos. El precio medio de una vivienda de 60 metros cuadrados en la ciudad está en 420 euros, por lo que una persona menor de 30 años que desee independizarse en Ourense debe dedicar cerca del 50% de su salario para pagar el alquiler y apenas tendría 400 euros para afrontar todos los gastos restantes. De estos, la electricidad, el agua o el gas y otros como el wifi o el móvil rondarían los 140 euros, por lo que a un joven ourensano le quedaría para comprar comida y demás unos 300 euros.

El 86% de los ourensanos menores de 29 años no tiene acceso a un piso de alquiler en ourense por sus ingresos

Estos precios provocan que el acceso a la vivienda sea casi imposible para la mayor parte de los jóvenes. “El 86% de los ourensanos menores de 29 años no tienen acceso al mercado de la vivienda en alquiler por su ratio de ingresos”, señala Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Un dato que se hace más alarmante si hablamos del mercado de compraventa, ya que el porcentaje aumenta hasta el 92%.

Los problemas para emanciparse alcanzan también, aunque en menor medida, a quienes superan la treintena. El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud marca la edad media de emancipación media en 30,3 años. Por su parte, las mujeres son las que claramente se independizan antes que los hombres. El porcentaje de jóvenes ourensanas que vive fuera de su casa se acerca al 20%, mientras que en los hombres es poco más del 10%. No obstante, la proporción de chicos que se emancipan en solitario dobla al de chicas.