A última hora del viernes, los trabajadores del Hotel Restaurante Lusitano de Lobios recibieron una llamada por sorpresa. Un redactor de este periódico les informaba de que la Bonoloto había dejado un premio de segunda categoría en el lugar, y que precisamente había sido sellado en su negocio.
Rápidamente, los empleados pusieron al "jefe", Javier, al teléfono para responder a unas preguntas, mientras continuaba el trajín en este emblemático restaurante de Lobios. Una fortuna como esta, cuando no le sonríe a uno, rara vez detiene el tiempo.
Allí nadie tiene idea de quién puede ser la persona que se ha llevado este "pellizco". El boleto era diario, no semanal, por lo que aseguran que "puede ser cualquiera, de la otra manera sabríamos que era algún vecino seguro".
Por el Lusitano pasan personas de todas partes, muchos del otro lado de la frontera. Aunque de ese día recuerda perfectamente que pasó un grupo de 8 peregrinos llegados desde Cáceres, "ellos compraron Bonoloto para un día, igual se lo llevaron".
Sea quien sea el afortunado, el Lusitano sigue con su rutina diaria, y Javier se queda con la satisfacción de que "repartimos un pouco de alegría a un dos nosos clientes".