Carballiño y Vistahermosa, dos antecedentes

photo_camera Vivienda donde ocurrió el suceso en Velle (FOTO: MIGUEL ÁNGEL)

La Policía cree que Diego Rodríguez sufrió un brote psicótico ya que había estado a tratamiento psiquiátrico. "Estaba como catatónico", aseguró el comisario Juan Carlos Blázquez en la rueda de prensa, aunque será el forense quien deba determinarlo. El estado mental del inculpado resultará decisivo tanto para su futuro más inmediato -el juez cuando pase a disposición judicial puede ordenar un ingreso en la Unidad de Agudos del CHUO- como de cara a una condena posterior.

El último homicidio sentenciado en el que la salud mental del inculpado lo eximió de la pena de prisión fue el del vecino de Carballiño José Alén, quien padecía una  demencia. Un jurado popular lo declaró autor del crimen de su esposa, ocurrido el 29 de enero de 2017, pero contempló la eximente completa de alteración psíquica que invocaron las acusaciones. "No es un delincuente, sino un enfermo", aseguró el fiscal en su informe final. 

Estuvo en prisión provisional -en el módulo de enfermería- hasta que ingresó en un geriátrico a la espera de sentencia firme. A finales del pasado año se procedió a ejecutar la sentencia, tras desistir la defensa del recurso de casación ante el Supremo: un máximo de 14 años de internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario -hay en Sevilla y Alicante-. El abogado instó a la Audiencia a sustituir ese ingreso por una medida de seguridad, es decir, que siga a tratamiento médico en el centro asistencial de la Xunta en el que está ingresado ahora. La sala, antes de decidir, reclamó informes, incluido el pronunciamiento de las acusaciones. Por ahora, la fiscalía mostró su oposición.

En marzo (días 10 y 11), la Audiencia juzgará a Aitor S.C. (25 años) por intentar asesinar a un vecino de Vistahermosa. El joven estuvo en prisión provisional, posteriormente en el hospital psiquiátrico de Piñor y ahora, en un centro de Coles, pese a que la sala lo puso en libertad recientemente. La  fiscalía pide que sea internado en un centro adecuado a su enfermedad durante 10 años. La acusación particular discrepa del internamiento y pide que sea condenado a 10 años de cárcel.

Los hechos se remontan al 20 de febrero del 2019, cuando el acusado, que sufre esquizofrenia paranoide, según el fiscal, esperó a que su vecino saliera de casa y le asestó varias cuchilladas. El joven está "conectado a una realidad virtual" y escuchaba voces que le decían que su vecino era el  culpable de su situación. Según  llegó a decir su abogado cuando pidió una suspensión de la vista para que estuviera en sala, "vive en otra realidad". 

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