ENTREVISTA

Carola García-Calvo: "Es un momento clave para prevenir la radicalización yihadista en España"

Ourense. 03-03-15. Local. Foro La Región con Carola García-Calvo.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera La experta en terrorismo yihadista Carola García-Calvo. (X. FARIÑAS)

La ourensana Carola García-Calvo es una de las expertas en terrorismo yihadista más reconocidas en Europa. Investigadora del Real Instituto Elcano, estudia la evolución de este fenómeno y los procesos de radicalización violenta en España

En sus últimos trabajos se centra en la implicación de la mujer en el Estado Islámico. Además, indaga en el papel femenino en iniciativas de prevención de la radicalización. 

Tras los atentados de Berlín en diciembre de 2016, algunos foros yihadistas afirmaron que 2017 sería el “año de la masacre".  Tal y como se están produciendo los acontecimientos, ¿lo cree así? 

Europa ha vivido la mayor oleada de movilización yihadista de su historia. De los 30.000 combatientes terroristas extranjeros, se calcula que unos 5.000 individuos proceden de Europa occidental, es una cifra altísima. A partir del 2015, cuando empiezan a mermar las capacidades y efectivos del Estado Islámico, comienza el cambio estratégico y el llamamiento es a atentar en los propios países de origen. En diciembre de 2016 se empieza a hacer referencia a la técnica de vehículos de gran tonelaje para arrollar a la multitud y  a modus operandi como pequeñas armas blancas, mecanismos sencillos y accesibles para los radicalizados. La oleada que estamos viendo responde a ese giro estratégico.

La estrategia también cambia en las técnicas de captación. ¿Qué peso ha ganado Internet como medio de reclutamiento?

El Estado Islámico ha dado un impulso fundamental a estas herramientas. Han sido muy audaces para difundir su propaganda y utilizan técnicas muy avanzadas de edición e incluso de marketing, pero no debemos poner solo el foco en las redes sociales. La radicalización cara a cara sigue existiendo. Lo que ha hecho Internet es abrir la puerta a numerosos perfiles como los conversos o las mujeres, que estaban apartadas del Estado Islámico y a través de estos canales pueden ser útiles para llegar a otras mujeres.

El perfil de las radicalizadas es diferente al de los hombres. ¿Cuáles son sus motivaciones?

Una vez se radicalizan y asumen el salafismo yihadista tanto hombres como mujeres tienen el mismo compromiso con el proyecto. El que implica violencia extrema como una parte fundamental o medio para alcanzar el objetivo universal. El rol que les designan a las mujeres sí está muy diferenciado, el objetivo es que se trasladen al territorio para establecer sus familias, pero esto puede cambiar a medida que el territorio se pierde y no pueden desplazarse, así que los papeles podrían redefinirse a corto plazo. Sobre el terreno no hay evidencia de que las mujeres hayan asumido hasta el momento un papel operativo más allá de la captación y radicalización de otras mujeres. 

¿Podrían pasar a primera línea de combate? 

No es una posibilidad a descartar, a medida que el califato en Oriente Medio se derrumba y su papel era el trasladarse allí y tener una familia. Pueden tomar una función más operativa, en la medida en que lo que el Estado Islámico busca es sorprender y sus acciones pueden ser una baza a la hora de cometer atentados. El año pasado ya hubo detenciones en París de unas mujeres que estaban en disposición de cometer una acción operativa en la capital francesa.

En España, ¿qué cifras hay de terrorismo “homegrown" (el perpetrado por jóvenes radicalizados que han nacido en el país contra el que atentan)?

España está mucho menos afectada por la movilización yihadista que otros países europeos. La última cifra es de 210 combatientes terroristas extranjeros, a la que habría que sumar otros 200 detenidos desde el año 2013 como consecuencia de sus actividades relacionadas con el EI. Las cifras son más bajas que otros países, pero no debemos desatenderlas. En España, los segmentos que se están viendo afectados son las segundas generaciones de emigrantes. Estas personas sufren una crisis de identidad porque no se sienten próximos a la cultura de sus padres pero tampoco se sienten incluidos ni parte de la sociedad en la que han nacido, por tanto, son muy vulnerables. En España la historia de esta emigración es muy reciente, se remonta a los 90. Por este motivo, ahora es un momento clave y de oportunidad para construir una sociedad más fuerte e inclusiva desde la base y precisamente, evitar las acciones que ya hemos visto en otros países.

En esa línea de actuación, ¿hay programas de prevención y desradicalización en nuestro país?

Desde el 2015 España cuenta con un plan de prevención de la radicalización, pero debería implementarse de manera más sistemática y decidida en todo el territorio español. En el Real Instituto Elcano lideramos un proyecto para establecimiento de buenas prácticas en materia de prevención de la radicalización. A nivel europeo, son iniciativas que pueden extrapolarse a otros países,  y precisamente en lo que se está trabajando en la UE es en buscar iniciativas que funcionen a nivel local para extrapolarlas a otros contextos.

¿Hay herramientas desaprovechadas en esa cooperación entre países europeos?

Europa tiene margen para mejorar el intercambio de información a través de las bases de datos, hay poco recorrido todavía pero se están invirtiendo recursos. Es un trabajo que avanza día a día, hay menos experiencia y un déficit de evaluación de estas medidas, pero existen muchas iniciativas para prevenir esta radicalización

Otra iniciativa reciente es la de una empresa de telecomunicaciones de Kuwait, que lanzó un anuncio contra la violencia yihadista ¿Cómo influyen acciones así en esas sociedades?

Es la contranarrativa, son mensajes que contrarrestan la propaganda yihadista pero tendrían que salir desde abajo, no tiene sentido que sean los gobiernos los que establezcan estas iniciativas. Igual que hemos asumido que el trabajo de prevención se hace desde lo local, la contranarrativa tiene que salir de la sociedad civil, porque son las voces creíbles. 

Arabia Saudí o Yemen han roto sus relaciones con Qatar por apoyar el terrorismo yihadista. ¿Es una estrategia o está cambiando algo en estos países?

Es una cuestión geopolítica más que de lucha contra el terrorismo. Arabia Saudí es el mayor exportador y financiador de mezquitas y sus idelogías extremas están muy vinculadas al Estado Islámico.

Figuras como Trump, ¿qué suponen este tipo de discursos?

El objetivo es ahondar la fractura entre musulmanes y no musulmanes. Todo este tipo de discursos les vienen muy bien a las organizaciones yihadistas porque los utilizan a través de su propaganda. 

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