El reloj aprieta cada vez más y hoy, cuando faltan justo seis meses para la celebración de las elecciones municipales en Ourense, es innegable que todos los partidos políticos tienen ya fijada su mirada en las urnas. Sin tiempo que perder, las últimas semanas han sido claves para deshojar la margarita en aquellos que todavía no habían cerrado su cabeza de cartel para la madre de las batallas, la contienda electoral en la ciudad, y los ourensanos ya conocen todos aquellos aspirantes con posibilidades de hacerse con el bastón de mando, que ahora deberán configurar en los próximos meses sus candidaturas.
Fue hace apenas diez días cuando el PSOE, que parecía dirigido a un intenso proceso de primarias a finales de diciembre para que la militancia eligiese a su número uno, protagonizaba un golpe de efecto al designar la cúpula autonómica del partido, con el beneplácito de Ferraz y sin consulta alguna a la militancia, al exalcalde Francisco Rodríguez como candidato, recuperándolo para la primera línea tras su abrupta salida hace una década y cuando estaba totalmente apartado del mundo político.
Su aterrizaje guarda paralelismos con lo sucedido meses atrás en el PP. Tras los vaivenes de este mandato tras aupar a Gonzalo Pérez Jácome a la Alcaldía y entrar y salir del gobierno municipal hasta en dos ocasiones, los populares se han puesto en manos de otro exalcalde de la ciudad, Manuel Cabezas, para intentar desmarcarse de esta etapa reciente y reeditar la que consideran una exitosa gestión de Cabezas entre 1995 y 2007. Rodríguez y Cabezas han desembarcado apostando por la moderación y un tono amable para llegar al despacho que desde 2019 ocupa un perfil radicalmente opuesto como Jácome, enfundado desde hace meses con el mono electoral y que ha centrado todos sus esfuerzos en disparar los presupuestos de fiestas y poner vallas de obra en cualquier esquina para su campaña.
Aunque estos tres parecen partir con más opciones en la batalla por la Alcaldía, no tira la toalla ni mucho menos el BNG y su cabeza de cartel, Luis Seara, convencido de que el trabajo desde 2019 en el Concello y la ola buena en la que está subida la formación nacionalista a nivel autonómico multiplicará su número de votos, aspirando también a hacerse fuerte por la izquierda y aglutinar todos los sufragios que en 2019 se fueron al limbo de Podemos, Ourense Mellor y Ourense en Común.
Estos últimos, que desaparecieron del consistorio tras un solo mandato, ya anunciaron que no estarán en la cita de mayo, mientras que Podemos y Ourense Mellor confirmaron que irán bajo una sola papeleta, lo que reduce la fragmentación. Por la derecha, Vox está inmerso en su enésima reconstrucción, ahora con José Fermín Troncoso, un empresario y ex alto cargo del Partido Popular, como más que posible candidato. Mientras, el futuro de Ciudadanos es más difuso, una vez que todas las hipótesis apuntan a con que su único concejal, José Araújo, dará el salto antes o después al equipo de Cabezas. Las cartas de unos y otros han quedado ya al descubierto.
