Nació como cosa vista y no vista, pese a la complejidad del proyecto. Fue la constatación de que la determinación lo puede casi todo. Se justificó como una necesidad y visto con perspectiva, lo era, aunque luego se ha ido reorientando hacia una f

De centro para todo a gran gimnasio

La comparación de la actividad de algunas instituciones o instalaciones públicas a lo largo del tiempo revela algunas sorpresas, porque sin dejar de estar dedicados a la misma actividad que cuando nacieron, pueden tener una orientación bien distinta.
Es el caso del Pazo Paco Paz, inaugurado en 1988 -en septiembre cumplirá las bodas de plata y aunque la efeméride pasará de forma discreta, pues no están los tiempos para fiestas- como recinto para albergar deporte de élite, porque la actividad deportiva era entonces un espectáculo y como recinto de masas en eventos culturales o sociales. De hecho, nació algo así como espacio para todo, por lo que se cuidó incluso la acústica. Luego, fue reorientándose para adecuarse a los cambios sociales y atender a la práctica deportiva colectiva, convertida en necesidad social.

La premura de tiempo y las guerriñas políticas hicieron que el Pazo comenzase a funcionar sin accesos adecuados y sin legalizar por parte del concello de Ourense. Es más, el grupo de gobierno municipal -socialista- rehusaba la asistencia a actos oficiales en el recinto. Los ciudadanos nunca entendieron aquello y hoy todavía se entiende menos. Pero la política es así, ayer y hoy.

Recuerda el gerente, Angel Cid Manzano, que este espacio nació 'como una necesidad cuando el COB alcanzó la ACB y la competición exigía unas condiciones de cancha que el pabellón de Os Remedios no cumplía'. La Diputación, que presidía Victorino Núñez, asumió el reto y el complejo se levantó en tiempo récord, con el objetivo de que atendiese a espectáculos de masas deportivos y también culturales. Recuerda Cid Manzano que 'en aquel momento no existían ni Expourense ni el Auditorio, ni otras infraestructuras que vinieron luego'. Luego, las transformaciones sociales y el devenir de los tiempos impuso la necesidad de 'ir amoldándolo a los ciudadanos como practicantes de deporte', sin perder por ello de vista la idea original, 'pero abriéndolo a un uso que iba más allá del deporte como espectáculo de elite'.

El recinto está atendido por cuarenta personas, repartidas en los ámbitos administrativos, mantenimiento, limpieza, recepcionistas y monitores. Llegados aquí, el gerente saca pecho para afirmar que estos últimos 'están entre los más cualificados de Galicia; de hecho, ese es el secreto del éxito del Pazo en el ámbito del fitness'.

Para apuntalar lo anterior, digamos que por sus instalaciones pasan más de 1.000 personas diarias durante once meses al año, contabilizadas por el sistema informático de acceso, para participar en alguna de las actividades puestas a disposición de los usuarios en su impresionante gimnasio. Todo ello sin contar las personas que acuden a entrenar con equipos o como espectadores a los partidos de competición en distintos ámbitos, ademásde conciertos u otros espectáculos. Sólo es inhábil el mes de agosto, dedicado a obras de mantenimiento.

El presupuesto anual supera ligeramente los 1,1 millones de euros, de los cuales 705.530 euros los aporta el propio Pazo con las tasas de uso -diarias, mensuales o anuales-, lo que significa el 60% de la financiación. El hecho de depender de una institución pública permite tarifas especiales para parados, jubilados, minusválidos o estudiantes, 'que en un negocio privado difícilmente podría asumir'.

Ángel Cid está orgulloso del servicio que presta el Paco Paz, aunque cree que si hay que poner un pero es la falta de una piscina, 'pues parece normal que la hubiese, ya que existiendo dos en Os Remedios, permitiría diversificar la oferta hacia el sur de la ciudad. Es más, hay espacio para ella, pero se trata de una decisión política y, ciertamente, los tiempos no son los más favorables'.

Pese a que veinticinco años puedan parecer pocos, el Pazo cuenta ya con un denso currículum como sede de iniciativas importantes y heteredoxas. Era algo así como un centro multiusos, ya que funcionó incluso como feria de muestras, ya que en él se celebraron certámenes como Agronatura, Mostra da Oportunidade, Pazolandia, espectáculos circenses, macrooposiciones del Sergas, multitudinarios bautizos de Testigos de Jehová, etc.

En 1992, al amparo del Xacobeo, acogió un festival internacional de cantautores que se convirtió en hito. En él actuaron Serrat, Sabina, Luis Eduardo Aute, Juan Luis Guerra, Moustaki, Víctor Manuel o Ana Belén, entre otros.

En la música hubo otros conciertos memorables, que los aficionados guardan todavía en la memoria, como los protagonizados por Alejandro Sanz, que estuvo dos veces y en la segunda hizo estragos, pues se registraron más de un centenar de desmayos entre sus fans; Estopa, La Unión, Los Suaves, El último de la Fila, Les Luthiers, Martes y Trece, Moncho Borrajo, ballet y coros del Ejército ruso y, sobre todos, el gran Leonard Cohen, que a los 76 años, renaciendo de sus cenizas tras quedarse arruinado, dejó a extasiados a los miles de incondicionales que le vieron llegados de todas partes.

En el ámbito deportivo, lo más destacado lo aportó el baloncesto, pues aparte de las jornadas de gloria protagonizadas por el Club Ourense Baloncesto -¡ay, qué tiempos!-, por aquí pasó la selección española en 2007, dirigida por Pepu Hernández, con todas sus estrellas, la de Argentina... En fin, un gran palmarés, digno de un recinto especial.

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