Cintia, la camionera ourensana al volante de su pasión

Cintia Piña posa junto a su camión.
photo_camera Cintia Piña posa junto a su camión.
En un ámbito profesional colmado de hombres, la ourensana Cintia Piña se ha hecho un hueco a base de kilómetros a bordo de su camión. El suyo es un ejemplo de que los estereotipos de género solo están para romperlos. 

Dentro del mundo laboral, todavía existen sectores en los que la presencia de la mujer es cuanto menos escasa. Uno de ellos es el de los transportistas. En España tan solo el 2% de los camioneros son mujeres. En ese reducido grupo se encuentra la ourensana Cintia Piña. Aunque sorprende su juventud, 29 años, ya tiene acumulados a sus espaldas más de 500.000 kilómetros a lo largo de sus cinco años de experiencia al volante de un camión.

En su caso, la elección laboral fue fácil, ya que la pasión le viene de familia. Su padre era camionero, así que los camiones han formado parte de su vida desde muy pequeña. Ahora es ella quien recorre a diario las carreteras gallegas y asturianas. Lo que más le gusta de su trabajo es la libertad que le aporta. “Esos momentos en los que recorres tú sola la carretera te dan una paz y una tranquilidad difíciles de encontrar en otro oficio”, relata Cintia. Afortunadamente, no ha tenido que lamentar ningún incidente relacionado con su género, aunque sí nos cuenta que a veces la gente se sorprende cuando a quien ve bajarse del camión es a una mujer. “Entiendo que al principio a ciertas personas le pueda impactar, pero el trato recibido siempre ha sido excepcional”, asegura la ourensana. En cuanto a la conciliación familiar, también quiere romper con el cliché que acompaña al sector. “Podemos parecer gente solitaria, pero a la hora de compaginar trabajo y familia, este es un oficio como otro cualquiera”.

El suyo es un sector en el que falta relevo generacional, por ello Cintia anima a las mujeres que puedan tener dudas sobre dedicarse al transporte, a que den el paso. “Les diría que no tengan miedo. Hay que romper barreras a base de atrevimiento”. Ella no tuvo ningún tipo de reparo a la hora de ponerse a los mandos de su camión. “Tenía claro que esta era mi pasión y en ningún momento me he arrepentido de la decisión que tomé”.

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