Ourense ha cerrado abril con datos positivos en términos de empleo. No se esperaba otra cosa teniendo en cuenta cierta recuperación de la actividad económica y el turismo en todo el país.
No ha sido por lo tanto la provincia una excepción en el comportamiento general de toda España, toda vez que el turismo es una de las fortalezas del sistema económico español.
De todas formas, hay algunas cifras menores que deberíamos analizar al menos en el caso ourensano: actividades cruciales como la agricultura, la industria o la construcción apenas tienen oscilaciones, ni favorables ni desfavorables. Esto es positivo porque da sensación de estabilidad, pero también revela una de las carencias de la actividad sociolaboral en Ourense: es todo tan anodino que todo resulta plano.
No crece la construcción, ni la industria y mucho menos la agricultura. Solo revela cierta pujanza el turismo y hay que dudar de que esta provincia vaya a vivir del ocio y las vacaciones. Dificil asumir de que vamos a vivir del turismo como nos quieren vender o solo del turismo, porque si tiene el futuro y el grado de madurez del termalismo, aviados vamos.
