El comercio rural se reinventa

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photo_camera Rocío Sanz y Jorge Rincón crean los quesos de Touza Vella en Castro Caldelas.
La quesería Touza Vella, en Caldelas, envía a domicilio para sortear el cierre de sus puntos de venta. "No esperábamos esta respuesta". Mientras, Adrián Abad reparte desde Baltar geranios o petunias

El confinamiento dejó a muchos negocios paralizados, con escasas posibilidades de colocar sus productos en el mercado. Toca reiventarse. En la ciudad y también en el rural, para que la crisis no los consuma. Este es, por ejemplo, el caso de la quesería Touza Vella, en Castro Caldelas, y de Farelos, una tienda de agropecuaria de Baltar. Ambos encontraron en el envío a domicilio la solución para buscar nuevas vías de negocio

En Touza Vella Queixería lo tienen claro: "Las cabras no entienden de COVID-19", afirma Rocío Sanz. Ella es una de las integrantes de la cooperativa Como Cabras, creadora de la marca de quesos nacida en 2006, impulsada con fondos Leader y que ha recibido premios internacionales. Todos los días atienden a sus animales, que les ayudan a fabricar quesos con leche cruda de cabra. Su sector no quedó al margen de la crisis. "Se paralizó nuestra venta porque nuestros puntos de compra cerraron", cuenta Sanz. Ante esto, con una reducción de la producción de quesos y manteniéndose solo con la venta de leche, decidieron embarcarse en la venta a domicilio. "Tomamos esta medida para llegar a los particulares, servirlo en sus casas y ver si podíamos sacar el producto. Los quesos los tenemos en la cámaras, es un producto perecedero y ahí no sirve de nada".

Touza Vella creó el catálogo "Yo me quedo en casa" para ofrecer sus quesos  de cabra. ya tienen pedidos hasta de Alemania

Con el catálogo "Yo me quedo en casa", Touza Vlela muestran su gama de productos desde hace unos días para  la venta a domicilio. "Comenzamos mandándolo entre nuestros contactos y difundiéndolo en redes sociales. No esperamos la respuesta que hemos tenido", comenta Sanz. Los pedidos se extienden por la geografía española, traspasando fronteras. "Tenemos un pedido a Alemania sin tramitar, buscando cómo hacerlo", destaca. El propósito es que esta crisis sanitaria no frene el crecimiento de esta empresa familiar. "Estamos en la zona fastidiados, pero creo que es algo que nos pasa a todos", opina.

Los huertos, a punto

El 2020 comenzó bien para Adrián Abad, con la apertura de su tienda Farelos en Baltar. Esta racha se vio truncada con el estado de alarma, que lo cogió cuando comenzaba a asentar su clientela. Pero este comerciante, un amante del rural y el trabajo del campo, no se amedentró ante las dificultades. Con una clientela que no se puede desplazar, él lleva sus productos, en su mayoría plantas de huerta y ornamentales, pero también piensos para los animales e incluso gallinas ponedoras y pollos para criar en casa, a sus domicilios. "Debido a actual situación non se organizan feiras e a xente non pode mercar as plantas de horta e eu lévollas o domicilio", asegura.

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Adrián Abad le toca atender a su clientela: "A xente non pode mercar as plantas de horta e eu lévollas a domicilio"

El miércoles se disponía a realizar el reparto. En el interior de su tienda empaqueta manojos de cebollas, plantas de pimientos, tomates e incluso cepas de fresa, geranios y petunias. Mientras escogía con mimo los productos, el teléfono no para de sonar con nuevos pedidos."Estamos na época de poñer as plantas de horta e hai bastante demanda", recuerda.

Fuera del negocio tiene estacionado el furgón de reparto." De momento, a maior parte dos meus clientes están no municipio de Baltar, pero chego hasta Calvos de Randín, Os Blancos e Cualedro. Pouco a pouco irei ampliando", asegura Abad. "O que teño claro e que me gusta esto. E doume moi ben ca xente dos pobos. De momento estou contento", afirma. 
 

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