La sala de espera de la estación intermodal estaba ocupada por pasajeros desconcertados que asumían la huelga entre molestos y resignados. Algunos de ellos ni siquiera sabían que había un paro convocado hasta que llegaron a la estación.
Falta de información
La falta de información a los usuarios fue una constante. Por ejemplo, la página web de Monbus, la principal operadora gallega, tan solo remitía al documento del Diario Oficial de Galicia que especificaba los servicios mínimos, que tampoco se cumplieron íntegramente, lo que dejó en tierra a parte de los viajeros.
“Só nos dixeron que non saían buses”, lamenta María. Los viajeros buscaban alternativas a su autobús. Ella y Jeanette llevaban esperando desde las ocho de la mañana, pero encontraron transporte. “En principio iamos quedar tiradas ata as tres, pero temos unhas amigas caritativas que se ofreceron vir buscarnos”, decía Jeanette.
Los representantes sindicales quisieron recordar que ya habían avisado con anterioridad de la existencia de una convocatoria de huelga.
Tito Pumar, de CCOO, declaró durante la concentración de la mañana que “calquera folga de transporte trae sempre algunha repercusión”, antes de añadir que llevaban avisando “dende hai 15 días”. Puso el ejemplo de algunos funcionarios “que optaron por viaxar nos seus coches e buscarse a vida”. Y subrayó que “algún servizo mínimo tamén advertimos que non se ía cumprir”.
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“Cando cheguei, vin as pantallas apagadas. Na ventanilla dixéronme que había folga e que non había buses. Falei con compañeiros por se me podían vir buscar, pero teño que esperar”.
