Aún quedan cuatro días para que los artesanos de la ciudad clausuren la XVII edición de la Feira de Artesanía, instalada en la Praza de Bispo Cesáreo, y ahora que parece mejorar la meteorología, la presidenta del colectivo, Olga Santos, valora el certamen y destaca los puntos fuertes de su gremio.
Tras varios días de feria, ¿cómo va valorando esta edición?
Es un éxito en cuanto a público, porque es un evento muy esperado, tiene un prestigio y una calidad. Público tenemos muchísimo, pero las ventas van un poco despacio porque todavía estamos en el ecuador de la edición y esperamos que a partir de ahora los clientes se animen más.
En la inauguración dijo que el sector de la artesanía no estaba en igualdad de condiciones con otros. ¿A qué se refería?
Somos un colectivo artesanal que nos implicamos muchísimo en todo el proceso. Cuando la pieza llega finalmente al cliente, hay muchas horas de dedicación por detrás, que a veces no tenemos en cuenta porque ni siquiera las calculamos. Por eso estamos en desigualdad en el mercado actual en cuanto al precio, que no puede competir con ningún otro producto industrial. Tenemos una clientela fiel, que sabe quienes somos y nos valora. Con eso ya nos sentimos satisfechos, puedo decir que el artesano no es muy egoísta,
Entonces sí hay gente dispuesta a pagar realmente el trabajo que hay detrás de una pieza de artesanía.
Sí, porque al comprar artesanía, se adquiere una pieza de arte. Son diferentes e irrepetibles, no hay dos iguales. El cliente lo tiene que valorar. Nuestra cadena de fabricación va desde la materia prima hasta el resultado final de la pieza.
¿En qué situación llega la artesanía ourensana a esta XVII edición en cuanto a variedad de oferta?
Ya son 17 años y hay un abanico muy variado de oficios. Cada año vienen nuevos expositores. Aunque siguen permaneciendo los más fieles, hay gente nueva que tiene la feria como un referente. Año a año ganamos.
¿Cuál es el tipo de cliente más habitual de la artesanía?
Es variado, pero en general es gente joven o de media edad. Las piezas de ponerse encima, como son las elaboradas en cuero, son de las más demandadas.
Este año son 40 expositores. ¿Se mantienen las cifras con respecto a otros años?
No podemos ni queremos poner más. Creemos que con 40 es suficiente. Cuando se abrió el plazo de inscripción creímos que no íbamos a cubrir las expectativas porque es un año muy malo. Pero al final incluso tuvimos que descartar sobre 10 expositores.
Pero la Feira de Artesanía no sólo es venta. ¿Qué más actividades han organizado para estos días?
Creemos que debe ser un paseo por la creatividad y el diseño. Por eso ofrecemos música, danza, talleres para los más pequeños y mayores como talla de madera e instrumentos musicales y otros enfocados para el Día de la Madre. No es sólo un espacio para comprar, sino también de ocio. En estos tiempos necesitamos actividades como esta que nos evadan de los problemas.
Es un éxito en cuanto a público, porque es un evento muy esperado, tiene un prestigio y una calidad. Público tenemos muchísimo, pero las ventas van un poco despacio porque todavía estamos en el ecuador de la edición y esperamos que a partir de ahora los clientes se animen más.
En la inauguración dijo que el sector de la artesanía no estaba en igualdad de condiciones con otros. ¿A qué se refería?
Somos un colectivo artesanal que nos implicamos muchísimo en todo el proceso. Cuando la pieza llega finalmente al cliente, hay muchas horas de dedicación por detrás, que a veces no tenemos en cuenta porque ni siquiera las calculamos. Por eso estamos en desigualdad en el mercado actual en cuanto al precio, que no puede competir con ningún otro producto industrial. Tenemos una clientela fiel, que sabe quienes somos y nos valora. Con eso ya nos sentimos satisfechos, puedo decir que el artesano no es muy egoísta,
Entonces sí hay gente dispuesta a pagar realmente el trabajo que hay detrás de una pieza de artesanía.
Sí, porque al comprar artesanía, se adquiere una pieza de arte. Son diferentes e irrepetibles, no hay dos iguales. El cliente lo tiene que valorar. Nuestra cadena de fabricación va desde la materia prima hasta el resultado final de la pieza.
¿En qué situación llega la artesanía ourensana a esta XVII edición en cuanto a variedad de oferta?
Ya son 17 años y hay un abanico muy variado de oficios. Cada año vienen nuevos expositores. Aunque siguen permaneciendo los más fieles, hay gente nueva que tiene la feria como un referente. Año a año ganamos.
¿Cuál es el tipo de cliente más habitual de la artesanía?
Es variado, pero en general es gente joven o de media edad. Las piezas de ponerse encima, como son las elaboradas en cuero, son de las más demandadas.
Este año son 40 expositores. ¿Se mantienen las cifras con respecto a otros años?
No podemos ni queremos poner más. Creemos que con 40 es suficiente. Cuando se abrió el plazo de inscripción creímos que no íbamos a cubrir las expectativas porque es un año muy malo. Pero al final incluso tuvimos que descartar sobre 10 expositores.
Pero la Feira de Artesanía no sólo es venta. ¿Qué más actividades han organizado para estos días?
Creemos que debe ser un paseo por la creatividad y el diseño. Por eso ofrecemos música, danza, talleres para los más pequeños y mayores como talla de madera e instrumentos musicales y otros enfocados para el Día de la Madre. No es sólo un espacio para comprar, sino también de ocio. En estos tiempos necesitamos actividades como esta que nos evadan de los problemas.
