Paso adelante de la comisión de trabajo creada en diciembre para consensuar entre grupos políticos, colectivos vecinales y hosteleros una nueva ordenanza sobre ruidos para el Concello de Ourense. Tres intensas horas duró ayer la reunión que mantuvieron los actores en las dependencias de la Concejalía de Urbanismo, encuentro que se saldó con sensaciones muy positivas y con el compromiso de la concejala de Urbanismo, Sonia Ogando, de aglutinar en un texto todas las aportaciones realizadas por los miembros de la comisión y conseguir así un borrador casi definitivo en el mes de marzo, "para que se poida concretar o antes posible".
Mientras tanto, el Concello parece haber tomado nota de las quejas y denuncias que le han hecho llegar diferentes colectivos, pero especialmente la asociación O Cimborrio, que se está volcando en este proceso para "invertir la tendencia de un problema de salud", como reconoce un portavoz de la agrupación, que agradece el compromiso de todos los partidos políticos: "Parece que sí se lo están tomando en serio". Entre sus reivindicaciones, que se centralicen en un servidor las mediciones de ruidos o realizar un estudio acústico.
Así, Sonia Ogando dio a conocer un decreto de la primera de las sanciones que va a imponer a un local (situado en la rúa Cabeza de Manzaneda) por incumplir la actual ordenanza en materia de ruidos al desconectar el limitador, lo que le valdrá una sanción de 1.500 euros. A este expediente se unen otros 11 ya abiertos por caducidad de la licencia. "Isto axudará a poñer en orde a situación actual ata chegar a unha convivencia harmónica", aseguró la edil de Urbanismo.
Por el PSOE, la edil Natalia González destacó que la reunión "fue muy productiva" y agradeció el trabajo de O Cimborrio, "porque estamos todos en la misma línea", viendo positivo que "mientras se cumpla la ley".
El objetivo, una solución transversal
Además de la concejala de Urbanismo, también estuvieron en la reunión las ediles de Asuntos Sociales y Seguridad Ciudadana, Eugenia Díaz Abella y María Dibuja, y la intendente de la Policía Local, María Barrera, al entender el gobierno municipal que "a solución a este problema debe ser transversal".
De esta forma, se está potenciando el diálogo y la comunicación con la Policía Local a la hora de redactar los informes y agilizar las actuaciones.
El sector de la hostelería, por su parte, mostró su disposición a colaborar, advirtiendo que hay circunstancias que exceden a su control, explicando que "é moi difícil vixiar o incivismo dalgunhas persoas", entendiendo que el ruido más molesto se genera fuera de los locales.
La futura ordenanza de veladores y del botellón serán claves.
