Un total de 26 ayuntamientos ourensanos cerraron sin nacimientos algún periodo anual desde 1975, según los datos del IGE
El problema demográfico, como demuestran todas los indicadores, se ha convertido en una de las principales amenazas para el futuro de la provincia de Ourense, con una pérdida de población continua, un envejecimiento cada vez más acentuado y unos preocupantes datos de natalidad. Todo este cóctel ha supuesto ya que cerca de un tercio de los concellos de la provincia, 26 de los 92, hayan cerrado algún año sin que ningún bebé se haya inscrito en sus registros, según los datos que maneja el Instituto Galego de Estatística (IGE).
En la relación actualizada por comarcas y municipios, los datos de 2015 -los últimos de los que dispone- aparecen como ayuntamientos con cero partos Parada de Sil, que repite en el listado, O Irixo y O Bolo, estos dos por primera vez en toda su historia, mientras que otros doce concellos registraron solo un nacimiento.
En Parada de Sil, según los datos estadísticos, es el sexto año en el que no se vislumbra una nueva vida en el municipio, situación similar a la de A Teixeira, que ha sufrido esto en siete ocasiones, la última en 2013. Ambos pertenecen a la comarca de Caldelas, una de las más afectadas de Galicia por el problema de la despoblación y la falta de relevo generacional, algo que el profesor del Campus de Ourense Alberto Vaquero explica por su menor desarrollo económico.
"Aquellas comarcas que están en esta situación tienen los mayores problemas para fijar población, porque los más jóvenes se van a donde hay trabajo. No se debe olvidar tampoco que los que se marchan suelen ser también los mejor preparados, de ahí que no se trata solo de número, sino de capital humano. El problema es que se convierte en un círculo vicioso, ya que esas zonas pierden habitantes y eso trae consigo una nueva merma económica", explica el docente, especializado en demografía.
Las estadísticas de fecundidad dejan también en una situación muy comprometida a municipios de comarcas como la de Celanova, donde se encuentra Gomesende, que en 2015 rompió una racha de tres años sin nacimientos, o Quintela de Leirado; Terra de Trives, con Chandrexa de Queixa o San Xoán de Río; Valdeorras, con Larouco; O Ribeiro, con Beade; o la Baixa Limia, donde se encuentra Lobeira.
"La capacidad de muchos municipios para ofertar servicios públicos de calidad a sus ciudadanos es otra variable a tener en cuenta, muchas veces no se pueden garantizar por su elevado coste", apunta Alberto Vaquero, que defiende las fusiones de concellos como una de las soluciones a estudiar.
Área de Ourense
En la última década, más de la mitad de los concellos ourensanos, 55 de los 92, registran una media de cinco o menos nacimientos al año. Especialmente preocupante es la situación de los ayuntamientos de Gomesende, Parada de Sil y A Teixeira, en los que ni siquiera se alcanza la media de un parto al año desde 2006 al 2015, según el IGE.
La comarca que mejor resiste esta problemática, aunque con una continúa caída de sus habitantes, es la del área de Ourense, donde los ayuntamientos limítrofes a la capital se benefician de su cercanía por las buenas comunicaciones y la posibilidad de realizar cómodos desplazamientos a los centros de trabajo, lo que les ayuda a fijar población.
En esta línea, destaca especialmente el Concello de Barbadás, donde en los dos últimos años el saldo vegetativo (resta de nacimientos y defunciones) ha sido negativo después de cerrar once en positivo, convirtiéndose en uno de los ayuntamientos de la provincia más rejuvenecidos.
Por su parte, el Concello de Ourense, que aglutina aproximadamente un tercio de los habitantes de la provincia, sigue empeorando su saldo vegetativo, registrando el pasado año 393 fallecimientos más que nacimientos, su peor registro de toda la serie histórica.
