Condena para un brigadista de Trives que quemó adrede un coche

Sofocar incendios es el medio de vida de Adrien L.F., apodado “el Francés”, como trabajador de la brigada forestal helitransportada de San Xoán de Río. Y el humo tuvo un protagonismo especial en la madrugada del 22 de julio de 2022, una vez rematada la jornada laboral. Tras tomar unas copas a la salida del trabajo con los compañeros, colocó un trapo debajo del depósito de un Suzuki Grand Vitara para que ardiese. Antes, los habían expulsado a todos del bar O Candello, en la plaza del Reloj de Trives, porque uno de ellos encendió un cigarrillo en el interior. Tras ese incidente, hubo enfado, amenazas y mucho fuego.

La jueza del Penal 2 condena a Adrien a nueve meses de prisión y una pena multa (810 euros), además de una multa de casi cuatro mil euros, por un delito de amenazas -anunciar que iba a quemar bienes materiales del hostelero con el que discutió- y ejecutar sus planes (la quema del vehículo del padre del dueño del bar). Un “hecho que pudo tener graves consecuencias por la proximidad con una vivienda”, según concluye la magistrada.

El inculpado, según la sentencia, ya en el exterior del bar, amenazó con “prender fuego” al coche, a la casa de sus padres con ellos dentro, y al bar, además de cortarle la cabeza. En ese momento, el inculpado estaba solo -sus compañeros de trabajo se habían ido- y el responsable del pub salió a arrojar la basura al contenedor. Poco después, comenzó a arder el vehículo propiedad del padre del hostelero, que estaba estacionado en la puerta de su casa.

La jueza no cree, tal como aseguró el acusado, que la denuncia obedezca a que el hostelero quisiera fastidiarle. “Ninguna duda albergamos de que el acusado fue el autor de este incendio y ello es debido esencialmente a que la acción que se produjo el día 23 de julio de 2022 ya había sido anunciada por el propio acusado al denunciante, minutos antes de acaecer”.

La ponente destaca que hay un testigo, amigo del denunciante, que escuchó las amenazas. Pero, por contra, es relevante que “los compañeros de trabajo del acusado” no le dieron coartada. “Ninguno pudo aseverar haber estado con el acusado en el momento en que se produjo el incendio y tampoco han podido descartar que pudiera el acusado haber proferido las amenazas que se le imputan”. Uno de ellos incluso llegó a decir en la vista oral que “Adrien estaba muy alterado”.

La ponente tiene clara la imputación aun cuando solo hubiera contado con el relato del denunciante, “por la propia dinámica de los hechos”. Anuncia un daño que poco después lo ejecuta.