La pandemia tuvo una clara víctima en su inicio. Los centros sociosanitarios, que se convirtieron en búnkeres durante meses, concentraron un gran número de casos en la primera y en la segunda ola. Esto provocó que la mortalidad entre los usuarios contagiados fuese elevada. Para combatirlo, fueron los primeros en recibir todas las dosis contra el covid: el efecto de la medida ha sido extraordinario al reducir los positivos en un 95%. La Consellería de Sanidade confirmó esta semana que solo tres residencias registran incidencia del virus, con 14 infectados.
Con los más de 7.000 casos activos que registra la provincia, las residencias de mayores mantienen alejado al virus pese a que los residentes recuperaron una mayor normalidad en sus rutinas. En otros momentos de la pandemia, con muchos menos infectados en el área sanitaria, se llegaron a rozar los 300 y con grandes brotes en un mismo centro. Ahora, las residencias afectadas son la de A Veiga con 8 positivos, el Fogar Residencial Vía da Prata de Amoeiro con 5 y la Domus Vi de Barbadás con uno.
Hace casi un año, con una campaña de vacunación en ciernes y con primeras dosis administradas, la tercera ola dejó 160 positivos entre los usuarios. La provincia alcanzaba entonces los 3.047 casos activos, marcando un máximo de incidencia en la pandemia. La residencia Quercus de Leiro fue la más afectada con casi un centenar de contagios entre residentes y trabajadores.
La última ola antes de la llegada de las vacunas, la segunda, alcanzó los 263 usuarios positivos cuando el área sanitaria registraba su pico de 1.628 casos activos. Un centenar más de mayores infectados de los que habría tres meses después, cuando las dosis contra el covid empezasen a administrarse. En octubre de 2020 se registró el mayor brote de la pandemia en un centro ourensanos. La residencia de Os Gozos, en Pereiro, llegó a tener más de 150 usuarios contagiados y en torno a 40 de ellos fallecieron.
Reforzados
Los usuarios de estos centros comenzaron a recibir las terceras dosis a finales de septiembre y en pocas semanas reforzaron su pauta vacunal. Los trabajadores tuvieron que esperar hasta diciembre, cuando se administró al personal sociosanitario.
La sexta ola suma dos muertes en estos centros
El menor impacto del virus en las residencias sociosanitarias también se refleja en la mortalidad. El objetivo de la vacunación es minimizar los efectos graves de la infección por covid y los fallecimientos. Aunque la efectividad no es del 100%, la sexta ola solo deja hasta ahora dos víctimas en estos centros. La primera se registró el 11 de diciembre, una usuaria de la Hermanos Prieto de Carballiño, y la segunda, una residente de A Carballa en Coles, es del 31 de diciembre. La quinta ola, el pasado verano, dejó otras dos víctimas que procedían de la residencia Val de Monterrei en agosto.
Estos datos contrastan con los de la tercera ola, donde se superaron la veintena de fallecimientos entre enero y febrero de 2021. Durante ese periodo de tiempo, se llegaron a notificar tres muertes en un mismo día. La residencia Quercus de Leiro, al ser la que registró el mayor número contagios, fue la que sufrió más las muertes por covid. La segunda ola, entre septiembre y noviembre, las muertes eran el triple.
