Crimen de Porriño: el asesinato de la ourensana Judith tuvo lugar donde se encontró el cadáver

Agentes de la Guardia Civil durante la inspección ocular al día siguiente del hallazgo del cadáver
photo_camera Agentes de la Guardia Civil durante la inspección ocular al día siguiente del hallazgo del cadáver

 

La ourensana Judith Muñoz fue asfixiada por su agresor, que la inmovilizó tirándose sobre ella para así anular su defensa

La búsqueda del lugar donde fue asesinada Judith Muñoz podría haber finalizado. El resultado del examen de la inspección ocular realizada un día después del hallazgo del cadáver por los agentes de Criminalística de la Guardia Civil apuntaría a que la ourensana de 37 años, quien residía en Vigo, habría sido asfixiada allí mismo tras lo que los investigadores interpretan como un enfrentamiento violento con su agresor

El lugar donde se encontraba el cuerpo, entre un contenedor y muro y sobre unas silvas, hacía pensar inicialmente que este podía haber sido trasladado desde otro sitio. Sin embargo, se habrían encontrado otros indicios que apuntarían a que el homicidio se produjo en la zona y luego el autor dejó allí el cadáver.  La investigación apunta a un crimen no premeditado lo que habría hecho que el autor se marchara del lugar llevándose el móvil y el bolso de la víctima.

La víctima tenía un trapo en la boca y presentaba signos de haber sido agarrada por el cuello y brazos, por lo que se sospecha que el agresor la tiró al suelo y la inmovilizó colocándose sobre ella anulando así sus intentos de defensa.

Judith era una mujer menuda, pero tenía carácter. A la vista de todos los indicios y con el informe preliminar de la autopsia, la hipótesis sobre la que trabaja la Guardia Civil señala que la mujer y su agresor se habrían trasladado hasta Porriño en un vehículo. Una vez allí, se produjo una discusión muy fuerte entre ambos,  que continuaría fuera del vehiculo. El trapo en la boca se introduciría para frenar los gritos de la víctima que, sin poder escapar de su agresor, murió asfixiada.  

Aunque la data exacta de la muerte se desconoce, sí sería compatible con el último día en el que se fija su desaparición, la madrugada del domingo. Las bajas temperaturas en Porriño en los últimos días habrían favorecido la conservación del cadáver. Fue descubierto de forma casual en un lugar de más paso de vehículos que de personas.

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