Es el mayor aumento registrado en Galicia, y supone una media de 1.965 euros anuales por persona

La crisis hace crecer un 33% el dinero que los ourensanos destinan al ahorro

Una mujer realiza sus consultas en una entidad bancaria. (Foto: Xesús Fariñas)
Antes de que comenzase la crisis, los ourensanos dedicaban al ahorro 10 de cada 100 euros disponibles. No obstante, el año pasado, y ante el empeoramiento de la situación económica, dedicaron a reservas el 12,6% de su renta.
La situación de crisis ha elevado el importe que las familias ourensanas destinan al ahorro, según refleja un estudio elaborado por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). Así, el informe ‘El ahorro interior bruto en los años 2000-2008’ señala que el año pasado los ourensanos destinaron a reservas una media de 1.965 euros por persona, un 33% más que el ejercicio anterior, cuando habían ahorrado unos 1.481 euros por persona. También los coruñeses y pontevedreses ahorraron más (un 24% y 19% más que en el ejercicio anterior, respectivamente), aunque no los lucenses (un 18% menos). Mientras, la media de ahorro español está en 2.580 euros por persona, un 27% más el ejercicio precedente.

Con respecto al nivel de renta, los ourensanos ahorraron en 2008 el 12,6% del dinero que tienen disponible, cuando el año anterior se reservaban el 10,1%.

El análisis de la evolución de lo largo de la última década muestra que en el año 2000 cada ourensano ahorraba 1.069 euros (el 11,2% de su renta), frente a los 1.965 del ejercicio pasado (el 12,6% de sus recursos).

En conjunto, el importe total ahorrado por los ourensanos a nivel particular ascendió a 660,5 millones de euros durante el año pasado. No obstante, el estudio de Funcas también analiza el comportamiento del ahorro por parte de las empresas y de las Administraciones públicas. En concreto, las empresas ourensanas realizaron unas reservas de 653 millones de euros en el último año (más que en ejercicios anteriores), pero las administraciones públicas, por el contrario, gastaron más de lo que ingresaron, hasta un resultado negativo de 987 millones de euros. Esto implica que el saldo de ahorro provincial es de 326 millones de euros, es decir, 971 euros por persona (uno de los niveles más bajos de España).

En España


En España, el ahorro se concentra fundamentalmente en Madrid y en el cuadrante nororiental, particulamente en el País Vasco, Navarra, Cataluña y Comunidad Valenciana, frente a la menor propensión a este comportamiento que se produce en la mitad oeste y en el sur.

En el ámbito familiar, la evolución en la última década muestra que las familias españolas fueron reduciendo el porcentaje de renta que dedicaron al ahorro hasta el año 2007, aunque esta tendencia se rompió en 2008, cuando volvieron a elevar el importe destinado a reservas. Mientras, el ahorro empresarial es mayor en aquellas provincias con más desarrollo industrial o con mayor peso del sector energético, y el año pasado registró un notable crecimiento en España. En lo que respecta al ahorro de las administraciones públicas, hasta el año 2007 también había crecido, pero en 2008 cayó fuertemente (a niveles inferiores al año 2000), si bien en este aspecto cabe tener en cuenta que los ingresos públicos dependen de diversas variables (impuestos, fundamentalmente), y el gasto público guarda relación, en gran medida, con el perfil de población residente (en Ourense, hay gran dependencia de las prestaciones) y que funciona el principio de solidaridad, es decir, la transferencia de recursos desde las regiones más desarrolladas a las más dependientes.

Más ‘prudencia’ a la hora de consumir


El ciclo económico expansivo que se vivió en la presente década y hasta el año 2007 no se tradujo en una mayor dedicación de renta al ahorro, según indican los analistas económicos, sino al consumo. No obstante, las dificultades económicas que se viven ya desde el año 2008 están motivando que las familias posterguen gastos aplazables o superfluos hasta momentos de mayor estabilidad, a la vez que muestran una actitud más prudente a la hora de consumir. En todo caso, el comportamiento de los ourensanos no fue tan arriesgado como en otras provincias españolas, donde el endeudamiento familiar fue superior, a pesar de que el bajo nivel de renta disponible condiciona los recursos dedicados a reservas.



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