Hace tres años que Helizabeta Prieto López llegó a Ribadavia procedente de Cuba, con su hija Sophía, y asegura que ya nunca se marchará de la villa capital de O Ribeiro. “Es un pueblo bonito en el que me he sentido respaldada por los Servicios Sociales del Concello. Aquí no dejan a las personas abandonadas. Pienso quedarme y criar aquí a mi hija”, dice. Sophía, de siete años, está escolarizada “y tengo acceso a la asistencia sanitaria”, explica. Al principio le costó encontrar trabajo “porque es un pueblo pequeño y escasea pero ahora ya llevo año y medio trabajando”, explica.
Helizabeta Prieto valora en gran medida las actividades extraescolares de las que puede disfrutar la niña durante todo el año y le encantan las fiestas que allí se organizan, como el Samaín, Magosto, Entroido, Navidad, entre otras, que “consiguen que su infancia sea mucho más bonita”, señala.
Por todo ello, y por ese apoyo y seguridad que le proporcionan los Servicios Sociales, como las ayudas que recibe para el material escolar, asegura que se siente “arropada y ya estoy totalmente integrada en Ribadavia, en donde ya me considero una vecina más, orgullosa de pertenecer a este pueblo”, apunta.
