El deshielo causa nuevas crecidas en Ourense y genera alertas

Los embalses de la provincia están al 85% de su capacidad, 20 puntos por encima de lo normal 

El deshielo de la nieve caída esta semana y las constantes precipitaciones pusieron ayer a los ríos al límite. El Miño, a su paso por la ciudad, duplicó ayer su caudal respecto al jueves, llegando a los 2.468 metros cúbicos por segundo. El paseo de las Ninfas, la zona termal y las piscinas de Oira quedaron totalmente anegados por la crecida.

 Este río se encuentra en situación de prealerta desde el martes, pero demás, otras zonas resultaron también afectadas: el Sil, a su paso por Valdeorras; el Avia y el Miño en Ribadavia, que cubrieron el paseo fluvial de A Barca hasta Francelos, así como al área recreativa de Balboa, y el río Arnoia a su paso por Baños de Molgas. 

En esta localidad, la noche del jueves el río se salió de su cauce y llegó a las calles. Tal y como presagiaba Protección Civil, las nevadas de la sierra agravaron la situación. Por precaución, se procedió a cortar dos carreteras: la que une Os Milagros con Baños de Molgas y la de Foncuberta. 

Entre los perjudicados está el bajo del Restaurante Ansuiña, además del Balneario pero, dado que es una situación que se repite en el tiempo, ya tenían los sótanos vacíos en previsión de que pudiesen llegar las inundaciones.

 Por otra parte, más preocupación causó el río Támega a su paso por Castrelo do Val. Dada la crecida del río, fue necesario cortar la carretera que une los pueblos de A Pousa (Monterrei) y Vilela (Verín). Durante la mañana de ayer, tres viviendas quedaron incomunicadas debido al desbordamiento del río. “Trátase de segundas residencias, construidas en zonas elevadas, polo que non hai risco de inundación”, anotaron desde Protección Civil de Verín.

Para evitar peligros se procedió, desde primera hora de la mañana, a cortar la carretera a la espera de que el caudal del río bajara y se pudiera restablecer la circulación. Y es que sobre las 08,40 horas, Protección Civil ya dio aviso del desbordamiento del Támega. “É algo habitual cando chove moito e neva na montaña, pero por sorte non hai que lamentar danos”, explican los vecinos, que contemplaban cómo el río inundaba las riberas del Támega y llegaba hasta las puertas de algunas viviendas. Y aunque el Támega se desbordó a poca distancia del centro urbano de Verín, concretamente a la altura del puente de A Pousa (Monterrei), el agua llegaba siguiendo su curso a la localidad, sin producir ninguna incidencia destacable. 

Además, en A Peroxa se declaró el estado de emergencia por  riesgo alto de inundación, que afectó especialmente al núcleo de Os Peares. Sin embargo, el alcalde, Manuel Seoane, explicó que solo afectaría a los árboles y áreas recreativas, no a las viviendas. En Emerxencias señalaban que su situación era crítica porque está entre dos embalses.

El conjunto de embalses de la provincia está al 85% de su capacidad, 20 puntos por encima de lo normal (65%). Además, desde que empezó el año hidrológico  ya se acumularon de media 950 litros por metro cuadrado de lluvias en la cuenca hidrográfica, superando un 30% la media. 

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