El segundo piso a la derecha del número 37 de la calle Bonhome se convirtió en la peor pesadilla de cinco mujeres jóvenes a las que les habían prometido un buen salario y libertad. Durante un año estuvieron al servicio de una red criminal dedicada a la trata de seres humanos y a la explotación sexual, de las que ellas eran víctimas a cualquier hora del día o de la noche. No había escapatoria: estaban videovigiladas las 24 horas.
La Policía Nacional de Ourense desarticuló, como parte de un dispositivo denominado Acarigua, una organización criminal presuntamente dedicada a la trata de seres humanos y explotación sexual de mujeres en un “piso de citas” de la ciudad, principalmente, y otro en el barrio de O Couto.
Las mujeres, jóvenes, eran captadas en Colombia o Venezuela a través de sus redes sociales. No les mentían acerca del trabajo que vendrían a realizar aquí pero sí sobre las condiciones. Así, aprovechando su situación de vulnerabilidad y necesidad económica, las convencían para trasladarse a España. Una vez aterrizaban en Madrid, les explicaban como debían comportarse en el aeropuerto para no ser detectadas. También les facilitaban documentación y dinero para que no levantasen sospechas en la frontera.
Una vez en territorio nacional debían desplazarse hasta Ourense donde les esperaba el cabecilla de la organización y, en ese momento, les comunicaban que habían contraído una deuda de 3.000 euros y que tendrían que ejercer la prostitución en un “piso de citas”.
Cámaras de vigilancia
Uno de los miembros de la red había adquirido -en marzo de 2022- un apartamento en el número 37 de la calle Bonhome, además de otro piso en O Couto. Allí, la organización tenía instaladas cámaras de videovigilancia para ver continuamente a las víctimas. Estas, que llegaban de forma itinerante y en taxi, tenían que estar disponibles las 24 horas del día los siete días de la semana. No podían rechazar ningún tipo de servicio y recibían una parte ínfima de los beneficios, ya que les quitaban todo el dinero para “saldar la deuda”.
Además, no podían salir de casa, sólo escoltadas en caso de que las llevasen a realizar un servicio fuera del domicilio. En este caso, tenían prohibido hablar con vecinos o con cualquier persona que se cruzase.
Los vecinos y testigos llamaron en numerosas ocasiones a la policía, hasta que el grupo de Extranjería de la Comisaría de Ourense descubrió el entramado. Tras acceder a ambos inmuebles y liberar a cinco de las víctimas allí presentes, los agentes detuvieron a cinco miembros de la red en la ciudad, además de otros dos en Madrid.
Durante los registros domiciliarios, la Policía Nacional incautó más de 18.000 euros en efectivo, sustancias estupefacientes, varias pastillas de Viagra, dos teléfonos móviles y diversa documentación.
Las mujeres presenciaban cómo se vendía droga a cualquier hora del día, cómo se amenazaba a los clientes que no eran puntuales con los pagos y cómo se consumía en el lugar. Además, también tenían la directriz de incitar a los hombres a tomar sustancias y, en ocasiones, ellas también eran forzadas a hacerlo.
De los cinco detenidos, uno está en prisión y los restantes en libertad vigilada. Las víctimas prestaron testimonio en el juzgado.
Contra la trata
La Policía Nacional tiene un número a disposición de la ciudadanía (900105090) para denunciar, de forma anónima y confidencial, este tipo de delitos. La llamada no queda registrada en la factura.
Hasta 343 mujeres trataron de salir de la prostitución
En Ourense, hay más de 343 mujeres prostituidas que durante el último año contactaron con una entidad social para recibir ayuda. De ellas, hasta 90 intentaron cambiar de oficio en el mismo periodo de tiempo. En cuanto al lugar, cada vez son más comunes los pisos frente a los clubs de alterne -de los que solo queda una decena en la provincia-. Además, en los últimos años, Extranjería tuvo bajo su radar cerca de 70 “pisos de citas” en Ourense.
