Todo lo bueno se acaba y tras dos semanas intensas y llenas de actividades y excursiones, el Campamento Urbano de Amencer llegó, durante la jornada de ayer, a su fin.
Monitores y niños empezaron su último día reuniéndose en el gimnasio del Colegio Salesianos para darse, por última vez, su saludo de buenos días. Al tratarse del final del campamento, la concejala de Juventud, Támara Silva, fue la encargada de inaugurar el día.
Mientras los menores de 12 años continuaron la jornada en las instalaciones del colegio, los mayores celebraron el fin del Campamento Urbano en la calle Santo Domingo. La sala y discoteca Scandalo recibió a todos los inscritos con música y luces para celebrar la fiesta musical de fin de campamento.
Mientras tanto, las instalaciones del colegio se llenaron de agua y espuma para que los más pequeños pudiesen disfrutar de su tradicional baño de espuma no tóxica. Y, a pesar de no haber salido de Salesianos, también tuvieron música, pero en el propio colegio a través de una sesión de discoteca que empezó a las 12,45 horas.
Con motivo del final de la edición, todos los niños del campamento pudieron disfrutar de una última comida al aire libre todos juntos, celebrada a las 13,45 horas. La guinda del encuentro la pusieron diferentes pastelerías de la ciudad, encargadas de aportar los postres del convite.
Tras la comida, y alrededor de las 15,30 horas, tuvo lugar la última actividad de la jornada: la evaluación del campamento y la entrega de diplomas a los participantes. En el transcurso de la “Gala de los Urbaniños”, niños y monitores repasaron las distintas actividades que la asociación Amencer ha desarrollado durante el curso y disfrutaron de una fiesta final con actuaciones musicales y teatrales interpretadas por los propios participantes.
La tradicional foto de grupo que se inmortalizó tras la gala puso fin, definitivamente, a la 36ª edición del Campamento Urbano bajo el lema de “¡Xa quedan menos de 365 días para comezar o 37º Campamento Urbano!”
Los monitores se reunirán durante el día de hoy para evaluar el funcionamiento del campamento, hacer propuestas y sugerencias de cara a la próxima edición y limpiar las instalaciones del colegio de los Salesianos.
Una apuesta segura
Hace treinta y seis veranos que la asociación Amencer decidió empezar a organizar sus campamentos urbanos, desde entonces no hay año que hayan fallado a su programación. Fruto de su compromiso con los niños de la ciudad, el Campamento Urbano se ha convertido en una apuesta segura para los ourensanos al tratarse de una alternativa que permite a niños de distintas edades disfrutar y aprender durante el verano.
El no tener que pagar una cuota para asistir a él hace que no exista una barrera económica que prive a nadie de inscribirse y el llevarse a cabo durante las mañanas, supone un respiro para aquellos padres que trabajan en agosto.
