La Guardia Civil investiga a una cuarta persona que sería la que se encargó de dar muerte a Bernardino Pousa Rodríguez

Detienen a la mujer del chófer de Verín como inductora del asesinato

La investigación del asesinato de Bernardino Pousa, el conductor de Autocares Guerra que apareció degollado el pasado 12 de septiembre, dio un giro en la tarde de ayer con la detención de su esposa, María Dolores Álvarez. La Guardia Civil procedió a su arresto por presuntamente haber pagado dinero (la cantidad no transcendió) para que matasen a su marido, quien el día anterior al crimen le planteó su intención de divorciarse.
Es más, Bernardino le llegó a decir que había dado instrucciones para que el 12 de septiembre (el día que fue hallado su cadáver) se presentarse la demanda de separación en los juzgados de Verín. Los agentes del instituto armado buscaba ayer a la persona que recibió el dinero al sospechar que fue la que se encargó de acabar con la vida del Bernardino Pousa. La entidad del presunto sicario no transcendió en la noche de ayer, pero, según pudo saber este periódico, no pertenece al entorno de la familia, aunque reside en la comarca de Monterrei.

El arresto de María Dolores Álvarez se produjo, según pudo saber este periódico, después de que el compañero sentimental de su hija, Alberto Fernández, se derrumbara en el calabozo de la Comandancia (está detenido desde el lunes, junto con Ángeles Pousa, la hija del chófer) y terminara por confesar todos los detalles del asesinato, así como su presunta planificación en el entorno familiar.


MUTISMO

El mutismo con el que la Guardia Civil está llevando a cabo la investigación, amparándose en el secreto de sumario, impide conocer el supuesto grado de implicación de cada uno de los arrestados.

La esposa de Bernardino Pousa, que residía en un chalé adosado en el barrio de San Lázaro de la villa, era trasladada en la noche de ayer a los calabozos de la Comandancia. Nada más producirse la detención, la mujer se mostró sorprendida y negó estar implicada en el asesinato.

María Dolores Álvarez no estuvo presente en la manifestación que convocó el hermano del fallecido, Germán Pousa, el pasado 12 de noviembre en Verín para reclamar el esclarecimiento del crimen, pero si asistió al entierro del que fuera su marido el pasado 13 de septiembre en Escornabois (Transmiras), donde permaneció visiblemente emocionada desde que llegó el cadáver desde Verín hasta que fue introducido en el panteón familiar.


DECLARACIÓN

Ángeles Pousa y su compañero sentimental está previsto que presten declaración durante la jornada de hoy en el Juzgado de Verín, después de que, según pudo saber este periódico, fueran sometidos a un careo con María Dolores Álvarez para aclarar el asesinato.

Bernardino Pousa, además de informar a su mujer de que tenía previsto divorciarse, también planteó a sus asesores, prácticamente en la misma fecha, la idea de cambiar su testamento, dada la enemistad con su hija a causa de los destrozos ocasionados en un piso de su propiedad.

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