Desde que en 2005 se abrió el Observatorio Contra la Violencia de Género del Gobierno, se refleja que 16 mujeres ourensanas reciben una ayuda del Gobierno para cambiar de residencia, abandonando así su entorno y su contexto, huyendo de su agresor. Las cifras alarman y reflejan que desde 2005 hasta 269 ourensanas tuvieron que escaparse de su pueblo o ciudad, exiliándose a otras poblaciones para evitar seguir sufriendo violencia de género.
EVOLUCIÓN DE DENUNCIAS
Las cifras son reveladoras. La violencia de género es un problema social acuciante que, lejos de mitigarse, se ha incrementado con la pandemia. Como ejemplo, en los juzgados ourensanos se tramitaron en 2020 un total de 1.172 procedimientos relacionados con la violencia en el ámbito familiar, de los que 962 estaban relacionados con la violencia de género. Esto supone un incremento respecto a 2019, con 37 procedimientos más. De hecho, la violencia de género es de los pocos delitos que se incrementaron durante la pandemia.
Un repaso al Observatorio de Violencia de Género pone negro sobre blanco el drama social. Desde 2009, se han interpuesto 7.760 denuncias, con un promedio de 618 al año, que se elevan a 752 si se toman como referencia el último lustro. El origen de las denuncias también da pistas sobre el problema. De las 350 denuncias en Ourense en la primera mitad del año, solo 29 fueron presentadas directamente por la víctima en los juzgados.
SIETE FALLECIDAS ESTE SIGLO
En lo que ha transcurrido de siglo, siete ourensanas perdieron la vida a manos de sus parejas. El último caso en incorporarse fue el de Nerea Añel, la joven de 26 años que apareció muerta en 2020 y cuyo caso fue reconocido como violencia de género este mismo año por parte del Ministerio de Igualdad. Antes quedan los casos de Virgina Ferradás (2017), en Carballiño, Isabel Fuentes (2015) en Ourense, María Fátima Machado (2013) en Verín, Julia Lorenzo (2012) en Vilardevós, Laura Alonso (2009) en Toén, con solo 19 años, y Rosa María Pinto, asesinada en Ourense en 2004.
Desde el CIM de la ciudad: “Es urgente personal para atender a las víctimas”
El Centro de Información á Muller es un referente en la ciudad en la lucha contra la violencia de género y por la igualdad y organiza actividades en la urbe para este 25-N, con actividades como cine, teatro o eventos infantiles toda la semana. Pero el CIM necesita más recursos. Así lo dice su directora, Malena de Jesús, que lamenta que “siendo la tercera ciudad de Galicia tengamos el personal equiparable a pueblos de 3.000 habitantes”. Ve prioritario “poner personal en la Concejalía de Igualdad para atender a las víctimas de violencia de género. Ya cuentan con educadora social solicitada, pero piden una trabajadora social y otra psicóloga. “Lo más urgente es ayudar a las víctimas, se están jugando la vida. No aparecen muertas, las asesinan. Y quien se pone de perfil o mira a otro lado es cómplice. Esta concejalía sigue teniendo carencias graves y seguiré reivindicando personal”. En el CIM atienden entre 200 y 250 casos de mujeres al año”.
El rural ourensano reivindica a tres ourensanas “senlleiras”
La Asociación de Desenvolvemento Rural da Comarca de Ourense (Ardecou) escogió el testimonio de “tres ourensanas senlleiras” para conmemorar el 25N. Las redes sociales del colectivo muestran entrevistas a María Pilar Otilia López García, la primera alcaldesa que hubo en Galicia; Zulema González González, árbitra internacional de fútbol y Antía Pousa Pérez, activista del feminismo gallego e impulsora de una iniciativa de atención psicosocial.
“As tres pertencen a xeracións distintas e teñen un denominador común: a súa defensa da igualdade e dos dereitos das mulleres nun mundo de homes”, subrayan desde Agader. La iniciativa forma parte del proyecto “O rural contra a violencia de xénero”. Además de publicar las entrevistas de las tres ourensanas, conmemoraron el 25N con una gran andaina por toda Galicia.
