Diez meses y casi todo por hacer

Jácome vuelve a quedarse solo en el gobierno local. De no remediarse, la ciudad revivirá el período entre septiembre de 2020 y julio de 2021, un tiempo perdido respecto a la resolución de sus grandes retos. Quedan 10 meses de incertidumbre

Publicado: 27 jul 2022 - 06:05 Actualizado: 17 mar 2023 - 14:28

La Plaza de Abastos de A Ponte continúa cerrada. (XESÚS FARIÑAS)
La Plaza de Abastos de A Ponte continúa cerrada. (XESÚS FARIÑAS)

El microgobierno regresa a la ciudad. Después de que el pacto de gobierno entre PP y DO saltase por los aires en la mañana de ayer, Ourense queda ahora en manos de los cuatro ediles de Democracia Ourensana. A las competencias que ya ostentan, deberán sumar ahora las que estaban delegadas en los concejales del Partido Popular: Deportes, Economía e Facenda, Limpeza y Medio Ambiente, Política Social, Turismo, Termalismo, Participación cidadá, Xuventude, Urbanismo, Vivenda y Patrimonio. Una ardua tarea que puede llevar a la parálisis del Concello, aunque el alcalde asegurase ayer que “ahora vamos a funcionar mejor que nunca”.

A diez meses para las elecciones municipales en Ourense de 2023, las grandes cuestiones del futuro la ciudad están lejos de resolverse. Si bien la coalición no tenía mayoría absoluta y no estaba garantizado que los asuntos dependientes del pleno fuesen a salir adelante, con la salida del PP se antoja casi imposible que se realicen inversiones más allá de las aprobadas.

Presupuestos

Las últimas cuentas aprobadas son de 2020. Desde entonces, ha habido un constante cruce de acusaciones entre Jácome y la hasta ahora responsable, Ana Morenza, sobre las causas que impedían llevarlos a pleno. En enero de este año y tras unas duras críticas del alcalde, Morenza cargó contra él, asegurando que “las concejalías de DO no me han facilitado ni una cantidad”. Reprochaba Morenza que llevaba “meses” esperando para conocer las cuantías del anexo de personal, uno de los que más gasto compromete. Si la situación parecía enquistada, ahora solo parece quedar la opción de una prórroga de los presupuestos existentes de cara a 2023.

PXOM

Otra de las grandes cuestiones que parece volver a la casilla de salida es el Plan Xeral de Ordenación Municipal. Jácome achacaba el retraso a “incumplimientos” del equipo redactor, “contaminados por PP y PSOE”. Esta era otra de las áreas gestionadas por el PP, que llegó a asegurar que “si fuese por la concejala de Urbanismo, el PXOM estaría listo para llevar a pleno” hace meses. Con este nuevo terremoto, ahora parece una quimera poner en orden el urbanismo después de más de una década patas arriba.

Veladores

Jácome cargaba ayer contra Ogando incidiendo en que “no se puede tardar 5 meses en hacer una ordenanza de veladores”, dijo Jácome. El Concello continúa incoando un sinfín de multas a los hosteleros, lleva semanas retirando instalaciones de la vía pública y rechaza casi por sistema cada solicitud para colocar o ampliar terrazas. Parece que se llegará a las elecciones sin resolver esta cuestión, ya que depende del pleno.

Plaza de Abastos

Las dudas siguen sobrevolando el proyecto. No está asegurado todavía ningún plan funcional para aprovechar el reformado inmueble y los placeros han cargado en repetidas ocasiones contra la remodelación del edificio, que definían como “muy bonito, pero no vale para trabajar”. Jácome siempre ha sostenido que los placeros “no quieren irse porque en la Alameda ganan más dinero”. Iban a quedarse seguro hasta inicios de 2023, pero esta situación podría prolongarse. La de A Ponte iba a estar lista en 90 días y todavía está vacía.

Concesiones

Es de las pocas cosas que dependen exclusivamente de la junta de gobierno local, por lo que la ausencia del PP no se notará. La inexistencia de contratos en vigor de las principales concesiones lleva en aumento todo el mandato. Esta situación provoca que se cronifiquen servicios arcaicos y que están lejos de los estándares de calidad que se presuponen en pleno siglo XXI. Alcantarillado, transporte urbano, estacionamiento, o regulación semafórica siguen a la espera.

Termalismo

“El retraso en las obras de termalismo es casi 100% culpa de Flora Moure”, manifestó ayer Jácome. La realidad es que, en plena temporada turística, hay termas que se mantienen cerradas por obras, como A Chavasqueira, que permanecerá así durante semanas. Mientras, vecinos y turistas no pueden disfrutar de uno de los atractivos de la ciudad.

Plan del Casco Vello

El Plan Especial del Sitio de Interese Histórico das Fontes Termais das Burgas e do Conxunto de Interese Histórico da Cidade (conocido como Pepou) continúa en pañales. Mientras, en el Casco Vello continúa la sangría de vecinos.

PP y Jácome: la coalición de los continuos encontronazos

La historia entre el Partido Popular y Democracia Ourensana ha estado llena de desencuentros. El de ayer no es más que el último capítulo de desplantes entre los ya exsocios de gobierno.

La primera gran discrepancia llegó en septiembre de 2020, después de las acusaciones de concejales de DO hacia Jácome por las cuentas del partido. Allí, el PP decidió abandonar el gobierno de la ciudad, que quedaba en manos de Jácome y Ojea, aunque posteriormente entraría Telmo Ucha. La parálisis hasta la entrada de este último fue tal que no podían celebrarse las juntas de gobierno, por lo que ni siquiera podían dar licencias.

El PP regresó en julio de 2021, pero eso no significó el fin de los choques. En enero de este año, el alcalde profirió duras críticas contra Pumar, Morenza, Ogando y Moure. Tras dos días de silencio, fue la propia Morenza la que salió en defensa de sus compañeros de partido, cargando contra Jácome y acusándole de “no hacer los deberes”, subrayando en aquel entonces que “las únicas concejalías que funcionan son las del PP”.

Tan solo un mes después, llegaba otra colisión. Esta vez no era directamente entre los socios de gobierno, sino por una decisión que involucraba a un tercero: el portavoz del BNG, Luis Seara. Jácome le llamó “matón” y mostró en pleno una denuncia contra el nacionalista, la cual Seara aseguró desconocer. En solidaridad con Seara, el PP abandonaba el pleno, que terminaba suspendiéndose por falta de quorum. “No consentiremos más shows pero seguiremos gobernando”, decían aquel día los populares.

“Lamentable”. Ese fue el adjetivo que utilizó el PP para calificar la agresión del alcalde a una sindicalista durante la huelga de autobuses urbanos. Pese a que le exigieran que pidiese perdón, Jácome se reafirmó en su postura de la defensa propia y negaba dicha agresión.

Este parece pues el último de los capítulos del culebrón que ha sido estos años el Concello. Con la llegada de Cabezas y con solo diez meses para las elecciones, la situación parece ya del todo irreconciliable entre PP y el partido del alcalde.

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