Domingo de Ramos sin ramos pero con un canto de esperanza

Leonardo Lemos. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Misa de Domingo de Ramos, oficiada por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos y retransmitida en streaming por Telemiño. FOTO: ÓSCAR PINAL
“Con la ayuda de Dios podremos vencer a ese enemigo invisible”, señaló el obispo en la Catedral

El día amanecía triste. Tras varias jornadas de sol y temperaturas primaverales, la lluvia se hacía protagonista, como reflejo climatológico de lo atípico de la situación. Un Domingo de Ramos que tradicionalmente es jornada de explosión festiva para celebrar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, se veía reducido este año a una misa celebrada en la Catedral por el obispo, Leonardo Lemos; el deán, José Pérez Domínguez, y con Telemiño y la web de La Región como testigos retransmitiendo en directo.

Ni rastro de los que, tradicionalmente, han sido siempre los protagonistas de esta fiesta: los niños. Para ellos tuvo un especial recuerdo Leonardo Lemos en su homilía. "Echamos en falta en estos bancos y en estas naves la presencia de los niños, esos niños que nos llenan a cada uno de nosotros de esperanza", subrayó, al tiempo que expresaba su deseo de dirigirse a ellos   para decirles que "con esas palmas y los ramos virtuales, abráis vuestra vida y vuestra existencia a este Jesús que se hace presente en nuestras vidas a través de tantos signos y, en especial, a través de tantas personas, comenzando por vuestros padres, hermanos y abuelos".

La eucaristía fue celebrada por Leonardo Lemos en un templo casi vacío y con la presencia de Telemiño como testigo

No hubo, efectivamente, la tradicional procesión de la Borriquilla desde la Catedral hasta el Parque de San Lázaro, donde niños y mayores erguían al aire sus palmas o ramos de olivo para que fueran bendecidos. En un año marcado por el coronavirus y la sucesivamente prorrogada alerta sanitaria, las palmas han  tenido que quedarse en casa. No faltó la alusión a esta pandemia en el sermón del obispo, que en este día "singular" de Domingo de Ramos, invitó a pedir a Dios ayuda, compañía y protección, al tiempo que abrió una puerta a la esperanza: "Porque juntos, con la ayuda de Dios Padre, podemos realizar cosas muy hermosas, podemos vencer hasta a esos enemigos invisibles que hacen tanto daño y causan tanta muerte".

La Eucaristía remató con la bendición de los ramos, dirigida a todos aquellos que, desde sus casas, siguieran la celebración.

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