Emma Ríos comenzó en los fanzines, “con los que prácticamente aprendí a leer” y ha tenido una amplia trayectoria, lo que la hace ser de las autoras gallegas más reconocidas en el mundo, aunque al principio “ni siquiera me parecía un trabajo real, y seguía ejerciendo como arquitecta”. Es autodidacta y cree que la formación “ayuda a quemar etapas. Yo perdí muchísimo tiempo dándole vueltas a cosas que se enseñan en las escuelas”.
El principal problema que tiene esta profesión es “la cantidad de horas que tienes que invertir antes incluso de ponerte a dibujar, que terminar el trabajo acaba siendo lo de menos”. En lo que insiste es en que “ya que le vas a dedicar tantas horas, debe apasionarte el cómic y tienes que pasártelo bien haciéndolo”. A ella la aceptación social, “como fan, no como autora, me da un poco igual”, aunque sí resalta que la popularización del cómic ha traído avances importantes, como que se puedan encontrar en cualquier librería. Recuerda perfectamente “como tenía que ir a Santiago a comprar mis cómics, y podía una vez al mes”.
Como objetivos, incide en la necesidad de mejorar las retribuciones de los animadores, que dedican más de 15 horas diarias en algunos casos para un trabajo “con el que no te haces rico, ni mucho menos, aun teniendo mucho éxito”. Por último, a ella no le agrada la industrialización del sector, ya que cree que, “aunque ya hay bastante de eso”, ya que repercute de forma importante en los autores y en sus condiciones de trabajo.
Lo contará en el próximo Foro La Región.
