Crónica

Esquivando baches a contrarreloj en la N-120 para salvar vidas

Baches de la N-120 en las proximidades de Canabal, en el concello de Sober. MARTIÑO PINAL
photo_camera Baches de la N-120 en las proximidades de Canabal, en el concello de Sober. MARTIÑO PINAL
El mal estado de la N-120 es un fastidio para el usuario común. Sin embargo, afecta especialmente a los conductores de ambulancia, que deben evitar los baches a la carrera para salvar vidas en traslados desde el Hospital Público de Valdeorras

Los que mejor se conocen la N-120 entre Valdeorras y Ourense son los profesionales que transitan por ella día tras día. Los conductores de ambulancia saben de lo que hablan. Llevan sus vehículos a la mayor velocidad que pueden, esquivando los baches y grietas a contrarreloj para tratar de minimizar la tardanza que les impone la larga distancia entre el Hospital Público de Valdeorras y el CHUO.

“Todos los días llevamos pacientes urgentes”, explica un conductor de ambulancia valdeorrés que prefiere no dar su nombre. El mal estado de la vía “afecta sobre todo a los pacientes, que son los que sufren las consecuencias”, explica. Esquivar baches se hace a contrarreloj: “Cuando el traslado es urgente, se hace largo. Muchas veces son pacientes tiempo-dependientes, es decir, que su mejoría depende del tiempo que tardemos en llegar a Ourense”.

Los baches y las balsas de agua convierten estos traslados en auténticos retos. El conductor destaca estas últimas: “Son muy peligrosas”. El deterioro de la carretera complica el viaje. “Sufren los pacientes, sufren los aparatos de electromedicina que llevamos, que son muy sensibles y se descalibran… Todo esto aumenta el tiempo de los traslados”, detalla.

Los agónicos 110 kilómetros son eternos en un transporte de urgencia como el que protagonizó una ambulancia el pasado 13 de enero. Se trataba del traslado de un bebé en estado grave, primero al CHUO y finalmente a Vigo, que precisó de escolta policial en la carretera -también en la ciudad- para apurar tiempos.

El empleo del helicóptero para disminuir este lapso no es una alternativa real. No puede subirse en él cualquier paciente, y además, las aeronaves están condicionadas por la luz diurna y una meteorología favorable. “El 99% de los traslados urgentes desde hospitales comarcales son por tierra”, comenta el chófer de ambulancia, que recuerda que el viaje también es incómodo para los pacientes no urgentes, como los oncológicos. Sea como sea, para todos “es un viaje muy largo y está toda la carretera mal”.

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