Eugenio Moure: "La carencia de recursos propicia errores médicos"

El abogado Eugenio Moure estudió en los Maristas de Ourense.
photo_camera El abogado Eugenio Moure estudió en los Maristas de Ourense.

Eugenio Moure es abogado y escritor, además ha llevado más de mil casos sobre responsabilidad médica

Ha llevado más de mil casos de responsabilidad médica en 25 años. El abogado ourensano Eugenio Moure, que estudió en los Maristas y es experto en derecho sanitario, acaba de presentar su último libro, “Errores médicos. 15 historias judiciales” (editorial Colex). Asegura que la falta de transparencia ante un error es lo que incentiva las denuncias, y que la falta de recursos humanos y materiales facilita muchos de los errores médicos.

¿En qué consiste el derecho sanitario?

Hace muchos años me formé en esta rama que, a veces y equivocadamente, se identifica con errores y negligencias médicas, pero este campo es mucho más amplio. Recoge las relaciones y el personal al servicio de las administraciones sanitarias, la seguridad social, las incapacidades, las discapacidades… Y abarca varios órdenes jurisdiccionales, como el  contencioso, civil o penal.

¿Cómo surgió  la idea del libro?

Es ya mi quinto libro, así que hay una vocación de escribir y publicar. Son cinco libros y 80 publicaciones de artículos. Tengo ese interés por dar a conocer mi trabajo. Siempre escribí ensayos jurídicos, pero en 2018 decidí escribir un libro más sobre mi trabajo en concreto, que se llama “La soportable gravedad de la toga”. Tuvo mucho éxito, va por la segunda edición y fue prologado por el prestigioso abogado Antonio Garrigues Walker. Relata un año de mi vida profesional, el día a día. En esa línea, decidí publicar otro sobre experiencias propias y casos que he tenido la suerte de llevar. 

¿Cómo eligió estos 15 casos?

De los más de mil casos de responsabilidad médica que he llevado en 25 años, hice una selección de 15 que me parecían bastante singulares. Quería exponer en 15 casos reales la variopinta casuística que nos encontramos los abogados. El tratamiento es anonimizado, sin identificar al cliente, y procuro no dar referencias ni de cuándo, dónde o con quién. Lo importante es contar la historia. Son casos de los últimos 7 o 15 años, y que, en su día, tuvieron bastante repercusión mediática. He querido hacer un repaso de lo que la historia judicial de cada caso supuso, y la también contar la intrahistoria de cada caso. A veces nos olvidamos de que detrás de un error médico hay un drama humano y una muy mala experiencia personal o familiar. He intentado indagar en la parte más sentimental.

Presentó el libro en el Colegio de Abogados de A Coruña, ¿lo va a presentar en Ourense?

Fue en A Coruña porque la editorial es coruñesa y uno de los presentadores es el presidente del Tribunal Superior de Justicia, José María Castroverde. Pasadas las fiestas, decidiremos si se hacen más presentaciones o no. Esta presentación fue muy formal, con el protagonismo de dos personas que aprecio mucho: Castroverde y Ángel Carracedo, que es una referencia mundial de la medicina forense. 

¿Qué casos ourensanos destacaría?

Hay un caso de nuestra área sanitaria al que el Sergas le negaba un tratamiento muy caro para una enfermedad rara. Costaba más de 300.000 euros al año. Conseguimos que los juzgados condenaran al Sergas a que se lo administrasen e hicimos una reclamación por los daños morales de esa espera negativa. Ese tratamiento podía evitar que se complicara la enfermedad o se produjera un fallecimiento prematuro. Luego conseguimos que lo indemnizaran. Esto se produjo durante la política de recortes en los años más profundos de la crisis financiera. Los tribunales dijeron que no se podía anteponer el ahorro a la salud de los pacientes.

¿Algún otro caso de Ourense?

Sí, había un paciente que estaba en una lista de espera sin fecha, esperando por una intervención necesaria para evitar que se complicara su enfermedad. La familia decidió no esperar y que se operara en una clínica privada. Esos gastos importantes de la intervención los tuvo que asumir el Sergas. Por mucho que haya una lista de espera consustancial a nuestro sistema sanitario, hay que gestionarla correctamente, en tiempos que impidan que el paciente sufra las consecuencias.

Hay casos muy flagrantes.

Sí, en Pontevedra un médico se equivocó; tenía que operar una fimosis e hizo una vasectomía. Es un caso muy singular y que citan los manuales de derecho penal como ejemplo de imprudencia grave. 

¿A los clientes de los casos reseñados les gustó el libro?

Antes de publicar cada historia, he pedido autorización y he pasado el texto. Me han dado las gracias por acordarme de ellos y por tener el gesto de hacerlos protagonistas anónimos de un libro. La respuesta ha sido maravillosa; algunos se han emocionado al revivir la historia y poder leerla.

¿Deberían leerlo los gestores sanitarios para no repetir errores?

Esa es la idea. Te voy a confesar que el libro está dedicado a “los buenos médicos, que son mayoría, pero sobre todo a los médicos honestos, que saben reconocer los errores”. Está dedicado a los doctores ourensanos Manuel Montero Gómez y Julio García Vázquez, in memoriam. Hay que volver a coger a los pacientes de la mano y hablarles con franqueza. Debemos asumir que todos nos equivocamos, reconocerlo y resarcirlo. Defendí a una enfermera que, por error, inyectó la medicación de la madre al recién nacido, y este falleció.

Hay que reconocer el error.

La actitud o reacción ante el error, muchas veces, por parte de los profesionales sanitarios es negarlo. Y en la mayoría de ocasiones es ocultarlo; no hay transparencia. La actitud ante el error incentiva las reclamaciones y denuncias. Muchos errores vienen propiciados por una organización sanitaria muy deficitaria, la masificación de las consultas y la presión asistencial. La carencia de recursos humanos y materiales propicia errores médicos. La sanidad pública cada vez está más infrafinanciada; aunque se quiera maquillar, es una obviedad.

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