La escasez de mano de obra pone contra las cuerdas a las empresas ourensanas. El problema, detectado hace ya meses, adquiere proporciones “preocupantes”, según fuentes empresariales. Ya no hay sector que se salve: “Hay falta de trabajadores cualificados, desde la tecnología hasta la construcción o el campo, pasando por todo tipo de actividades”, dice la Confederación Empresarial de Ourense (CEO). Hasta el punto esto es así que hay una “amenaza de bloqueo de la actividad productiva en algunos sectores”, como sostiene el presidente de los empresarios del polígono de San Cibrao, José Antonio Rodríguez Araújo.
En una provincia que tenía al finalizar abril 17.358 demandantes de empleo, las empresas no encuentran trabajadores. Un sarcasmo o un contrasentido, pero real. Noelia Álvarez, técnico de selección de la empresa de recursos humanos Ader, señala que “hay puestos que no se encuentran, incluso desde hace cinco años”. Entre ellos, torneros o chapistas, pero pocos son los gremios que están surtidos de trabajadores.
En el polígono demandan mecánicos de mantenimiento, caldereros industriales, soldadores o carroceros. “Es cada vez más difícil pese a la alta demanda, lo que evidencia un desajuste entre la oferta de la Formación Profesional y las necesidades del mercado”, dice el presidente de los empresarios.
En el parque empresarial vecino, el de Pereiro de Aguiar, en el que trabajan unas 2.000 personas, el análisis es coincidente. Eduardo Cid, presidente de la asociación empresarial lamenta que “muchas empresas ralenticen o incluso paralicen su producción por no tener personal cualificado”.
El Ministerio de Trabajo certifica que en Ourense hay 17.358 parados, de los cuales 8.036 lo están desde hace un año o más. 2.647, entre seis meses y un año; 4.853, entre uno y seis meses y 1.822, menos de un mes. La CEO detecta “falta de adecuación de la formación a las necesidades de las empresas”, un estigma que “redundará en todo el sistema económico y social del país”.
Severino Santiago Lemos, socio de la empresa Stores Persan, ubicada en San Cibrao, reconoce que “cando atopas un traballador cualificado tratas de conservalo porque hai poucas alternativas”. Echa en falta más determinación en el demandante de empleo y sospecha que algunos “poden ter as súas necesidades cubertas”. Es decir, cierta pasividad a la hora de buscar trabajo.
Pese a la amplia relación de puestos vacantes, el “Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura” del Ministerio de Trabajo dice que en Ourense hacen falta “deportistas profesionales” y “entrenadores deportivos”.
Más a pie de campo los empresarios de San Cibrao esperan que “el futuro Centro de Innovación de Formación Profesional de Ourense puede ser una solución, que pasa por formar a los jóvenes en las profesiones que demanda el mercado”. De hecho, “las empresas están optando por formar a su propio personal, lo cual no ayuda a resolver el problema del paro juvenil”.
La CEO también dice estar “firmemente concienciada y comprometida” con la formación de los trabajadores. Sin embargo, consideran que muchos oficios y profesiones “tienen que ser acreditados”. De ahí que hayan firmado un convenio con la Xunta “para difundir, asesorar y acompañar a aquellas personas que tienen la experiencia pero no la acreditación profesional de un título”.
También la formación debería afinar sus objetivos. El sector de la construcción forma a sus futuros empleados, pero ya está yendo a países de Hispanoamérica a reclutar empleados. En otros gremios, como el de los talleres mecánicos, han de correr con la cualificación de los empleados o los aspirantes. Ricardo Borrajo, presidente de los empresarios del sector, dice que aún así “es difícil encontrar gente para los talleres”.
Mientras se buscan trabajadores, en marzo la Seguridad Social destinó 9,5 millones de euros a pagar la nómina del desempleo. Pero la cobertura de la prestación apenas llega al 60% de los demandantes.
La formación mayoritaria es el bachillerato
La formación de los desempleados es uno de los ejes del debate. Según los datos del Ministerio de Trabajo, de los 17.358 demandantes de empleo que había en la provincia en abril, el grupo mayoritario (10.152) tenían estudios secundarios. El segundo grupo más numeroso es del los 2.879 parados que acabaron sus estudios universitarios, mientras que 2.745 tienen los estudios primarios completos y 1.383, incompletos. Por último, 199 reconocen ser analfabetos. Otro de los datos llamativos es la capacidad de los organismos públicos de empleo de insertar a los parados en el mercado laboral. Trabajo acredita que en marzo se produjeron 3.612 bajas en la demanda de un puesto de trabajo, de las cuales 2.472 fueron por colocación.
