El portavoz de la familia aseguró que "Ourense no es una ciudad segura", cuando se cumplen dos años del hallazgo del cadáver de Socorro
El 6 de junio, pero de hace dos años, tres cazadores amigos de la familia de Socorro Pérez hallaron su cadáver oculto entre unos matorrales muy cerca de la carretera que conduce al alto del Seminario y una urbanización de chalés . El hecho de que el cuerpo, en avanzado estado de descomposición tras los 34 días transcurridos desde su desaparición, estuviera con los pantalones de deporte bajados, cubierto con ramas y un fuerte golpe en el cráneo revelaron los peores presagios: la muerte violenta.
Pese a que a nivel policial y judicial el caso sigue abierto, aunque bajo secreto de sumario, para dar con el autor del crimen, la familia aprovecha la fecha para manifestar su desánimo y recordar, según valora, "que las cosas se hicieron mal". El portavoz, José María Pérez Barreiros, se refiere a que "no hubo medios técnicos y faltaron efectivos en comparación con otros casos más mediáticos y poderosos que sí contaron con todos los medios necesarios".
A juicio del portavoz, "Ourense no es una ciudad segura", recordando que el caso de Belén Rodríguez, desaparecida el 6 de abril de este año, también está sin resolver. "Queremos decir alto y claro que el crimen de Socorro Pérez es un fracaso colectivo y un inmenso error hasta que no se localice al asesino y se ponga a disposición de la justicia", asegura Pérez Barreiros.
Por su parte, la Policía Nacional reitera que la investigación está mejor que hace un año y están bajo lupa cincuenta personas.
