OPERACIÓN SIMPÁTICO

Una fiesta sexual, clave en la trama de las menores de O Barco

Lo que más sorprendió a la Guardia Civil es que, tanto las menores como sus captores, eran todos de nacionalidad española, "un caso atípico y excepcional", explicaron

La Operación Simpático, que se saldó con nueve detenidos, incluidos el gerente y encargado de un club de alterne en O Barco de Valdeorras, por trasladar menores de Huelva a Galicia y obligarlas a prostituirse, pudo ser destapada, según fuentes de la Guardia Civil, por una fiesta sexual de un conocido empresario de la construcción madrileño, con negocios en Bulgaria. Dicho empresario supuestamente pagó a los captores y a los que trasladaban a las chicas, que tenían entre 16 y 17 años, por servicios sexuales. Mientras las menores estaban siendo trasladadas al lugar donde se realizaría la fiesta, una de ellas consiguió alertar a su familia a través de un móvil que logró esconder. 

Lo que más sorprendió a la Guardia Civil es que, tanto las menores como sus captores, eran todos de nacionalidad española, "un caso atípico y excepcional", explicaron, "ya que la mayoría de redes de trata de personas emplean a extranjeras". 

Ofrecían 5.000 euros
Fuentes del Instituto Armado confirmaron que estas menores "eran captadas en Huelva mediante ofertas de trabajo en las que les prometían pagarles hasta 5.000 euros al mes ". Los encargados de hacerle dichas ofertas eran dos jóvenes que no alcanzaban los 30 años. Una vez captadas, las llevaban hasta Madrid, donde les retiraban toda su documentación y sus teléfonos móviles para evitar toda comunicación con su familia. Posteriormente, se les trasladadas al club de O Barco, "donde pasaban uno o dos días" y las obligaban a mantener relaciones sexuales con los clientes. 

Para que las chicas no hablasen de nada con sus familiares, tras haber pasado por el club, primero "las amenazaban mediante documentos que demostraban que habían investigado sus círculos más próximos y les decían que iban a hacer daño a padres, novio, hermanos...". Tras las amenazas llegaba la presión psicológica con el sentimiento de culpa. Los captores "les decían a las menores que ellas eran las que habían elegido viajar a Madrid para trabajar y que era solo culpa suya haberse visto envueltas en esa situación", argumentan fuentes implicadas en la investigación. 

En lo que se refiere a las sustancias estupefacientes encontradas en el club "Dorado Placer" de O Barco y en los registros realizados en las viviendas de Madrid, la Guardia Civil aseguran que se les administraban a las menores "para evitar la resistencia a mantener el acto sexual con los clientes". 

En cuanto al perfil de los detenidos, la Guardia Civil destaca que eran personas "totalmente normales, y sin antecedentes penales".

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