Tribunales

La fiscal investigará si un policía local se excedió en un control del covid-19 en Ourense

El juicio celebrado ayer concluyó con la absolución de los acusados.
photo_camera El juicio celebrado ayer concluyó con la absolución de los acusados.
Tres jóvenes acusados de atentado fueron absueltos al final de juicio

Iván F.J., José Felipe B.R. y Luis G.G. entraron ayer en la sala de vistas del Juzgado Penal 1 como acusados de un delito de atentado y dos horas después salieron absueltos -se les pedía un año y medio de cárcel y multa- y sabiendo que la fiscalía investigará a los denunciantes. Pidió a la jueza deducir testimonio para poder determinar si los policías locales de la ciudad que detuvieron a los jóvenes en el transcurso de un control del protocolo covid en la hostelería se extralimitaron en sus funciones y hubo abuso de autoridad.

Eva Regueiro, la fiscal jefa de Ourense, optó por retirar la acusación tras escuchar "las versiones contradictorias de los testigos", incluido el agente que aseguraba que los inculpados lo habían agredido cuando trataba de identificarlos para una propuesta de sanción por incumplimiento de las disposiciones legales sobre movilidad y convivencia.

Los tres chicos,  junto a una amiga, estaban en la terraza de una bar de la calle Rey Soto. Los documentos nacionales de identidad de dos de ellos los sitúan en otros concellos (ellos dicen que vivían los tres juntos en la ciudad). Tanto ese policía como su compañera de patrulla, después llegaron más refuerzos, aseguraron que Iván se mostró desafiante y golpeó al primero en la espalda, dando pie a una gresca en la que los otros dos jóvenes también participaron.

Pero la acusación pública no pasó por alto la versión contundente dada por el cocinero y dos camareras del bar en el que se encontraban y que presenciaron los hechos. No conocían a los inculpados de nada porque no eran clientes habituales, pero fueron unánimes a la hora de relatar una versión totalmente distinta en la que Iván F.J. y sus amigos aparecen como víctimas de una extralimitación policial. Los tres acabaron detenidos y en el calabozo hasta que pasaron a disposición judicial.

"Juro por mi padre que hace tres meses que murió que ningún chico tocó a los policías; ellos no hicieron nada, fue totalmente injusto", aseguró con vehemencia una de las camareras que estaba en la terraza del bar y presenció toda la secuencia. Tuvo, incluso, según dijo, que llamar a la agente que estaba dentro del coche, cuando presenció cómo se reducía con  fuerza a Iván. Antes, escuchó frases como "cállate gilipollas, que contigo no estoy hablando" o "tírate al suelo, hijo de puta".

Otra de las empleadas se percató en el "tono alto" del funcionario policial cuando se dirigió a la mesa de los acusados. Asegura que se quedó "impresionada" al ver cómo el policía "lo estampaba contra el coche" y que el joven gritaba de dolor cuando le retorció el brazo y el puso la rodilla en el cuello (él justificó esta actuación en el contexto de una maniobra de reducción para evitar que lo agrediese). A su entender, fue "una situación desesperante porque nadie entendía esa agresión".

Gritos de dolor

El cocinero, que en ese momento salía de trabajar, escuchó a uno de los detenidos: "No sé porque me faltas al respeto si yo no te he faltado". Y también ofreció la misma versión sobre los gritos de dolor.

La fiscal optó por retirar la acusación porque, además de las versiones contradictorias, "no hay otros datos periféricos", en alusión al parte de lesiones. El forense, en su informe, hace constar una contusión en la espalda del agente "que pudo -destacó la acusación pública- producirse durante la reducción". 

Tras la vista, uno de los acusados, ya absuelto, Iván F.J. aseguró que se querellará contra el policía que lo arrojó al suelo. 

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