La Fiscalía aprecia "sangre fría" en el asesinato del hostelero del bar Novo

Reclama 22.000 euros de indemnización por cada una de las hijas, "aunque la muerte de un padre sea incalculable"

La Fiscalía considera que hubo "sangre fría" en el homicidio del hostelero del bar Novo casco viejo de Ourense por 2 gramos de cocaína, mientras que la defensa atribuye el crimen a "una mala hora por el mono".

El jurado popular de la Audiencia Provincial de Ourense deberá deliberar para decidir si el autor confeso del homicidio de un hostelero, al que seccionó la yugular por una discusión por 2 gramos de cocaína, merece los atenuantes de grave adicción y la de confesión tardía que pide la defensa. El juicio comenzó el lunes y termina este miércoles.

En la primera sesión el acusado reconoció los hechos, tal y como ya había hecho en el mes de mayo cuando fue detenido. Esgrimió estar "arrepentido" porque "no se merecía perder la vida así".

Este martes, la acusación particular, el Ministerio Fiscal y la defensa han esgrimido sus informes, mientras que se prevé que este miércoles, 9 de marzo, el jurado popular dé el veredicto.

La confesión del acusado ha sido corroborada por distintas pruebas: el ADN en el fragmento de botella empleado como arma, el análisis de llamadas entre el fallecido y el acusado, así como las grabaciones de las cámaras.

Fiscal: "La prueba está clarísima"

Para la fiscal, "la prueba está clarísima". Se opone a la aplicación de cualquier atenuante, solicita una condena de 12 años de prisión y considera que el encausado "minimizó" durante la vista oral los hechos sucedidos en el interior del bar.

La víctima "estaba en el suelo, a lo mejor inconsciente, pero por lo menos aturdido, y el acusado cogió la botella de la barra, la rompió y se abalanzó sobre él.

"Ahora habla de arrepentimiento, pero qué sangre fría tuvo", ha expuesto la representante del ministerio fiscal, que sostiene, además, que la muerte no fue inmediata como corroboraron los médicos forenses al que taponar la herida no hubiera bastado. "Habría sido necesaria una persona con gran pericia y aún así no se garantizaría la supervivencia", han dicho.

Según las pruebas presentadas apareció sangre de la víctima en distintos pomos e interruptores del local, pero depositada por el acusado, al estar buscando los dos gramos que la víctima no le fiaba y que originaron la disputa.

"El arrepentimiento ha sido muy posterior, en ese momento no tuvo ninguno. Quiero que lo tengan en cuenta", ha pedido la fiscal al jurado.

Ha profundizado que el acusado llevaba un arma y aunque él ha explicado que "era para defenderse", la fiscal sostiene que, cabe la posibilidad, de que "fuese para amedrentar". "Hay una planificación y eso es incompatible con que ese día estuviese bajo los efectos de las drogas", ha aseverado.

Además, ha expuesto que durante el juicio no se ha practicado ninguna prueba sobre la existencia de tal adicción y ni siquiera se ha acreditado si la cocaína "la compraba para consumo o para vender en su propia taberna".

Tampoco apoya el atenuante de confesión tardía, porque para que esa modificación se contemple "la confesión tiene que ser previa, no cuando ya está detenido".

A todo lo dicho se ha sumado la acusación particular que representa una de las hijas del fallecido con la única diferenciación en la petición de indemnización. Fiscalía pide 22.000 euros por cada una de las hijas, "aunque la muerte de un padre sea incalculable", mientras que la acusación particular pide 41.000 euros por hija porque "no se trata de un accidente de tráfico sino de un homicidio".

Postura de la defensa

Por su parte, la defensa se ha declarado "casi totalmente de acuerdo" con las versiones de las acusaciones, pero difiere en la necesidad de los atenuantes, considera que "ha quedado claro" "su gran adicción" puesto que "desde los 25 años consumía cannabis, y cocaína desde seis antes de que se produjese el crimen", el pasado 20 de febrero del 2020.

"Actuó movido por ese mono, por esa adicción tremenda a la cocaína", ha asegurado. Sostiene que el crimen "se produjo por culpa de esa mala hora que, por desgracia, a veces la gente tiene en su vida".

"Perdón a la familia"

El detenido se ha acogido a su derecho a la última palabra y, tras insistir en que está arrepentido y que tiene remordimientos, ha pedido perdón a la familia.

"Perdón a la familia, aunque sé que eso está ahí y que no lo voy a poder arreglar hasta el fin de mis días", ha afirmado el procesado.

"Me pillaron", ha reconocido que pensó cuando fue detenido, pero añade que estuvo los dos meses pensando en lo que había hecho. "Iba a por lo que iba, me lo negó y pasó lo que pasó, fue lo peor que podría haber pasado tanto para él como para mí", admite.

De nuevo ha reiterado el perdón a la familia de la víctima y, además, ha dado gracias a la suya propia: "Porque pese a todo lo que le he mentido estos años, me siguen apoyando". Ha concluido con más agradecimientos, a Proyecto Hombre: "Llevo 22 meses en el módulo de desintoxicación" del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar. "Allí espero seguir", apostilla.

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