La acusación popular considera que la responsabilidad penal no puede ser solo del conductor
En el procedimiento penal por siete homicidios imprudentes que recayó en Instrucción 1 de Pontevedra solo compareció, por ahora, como investigado el conductor del autobús siniestrado, quien negó que la salida de vía se debiera a un exceso de velocidad, tal como concluyó una pericial de la Guardia Civil, sino al aquaplanig, al tiempo que Carlos Monzón abundó en el mal estado de la flota.
Pero en estas diligencias judiciales hay acusaciones que creen que la responsabilidad del accidente no puede solamente circunscribirse al conductor. Galibus, la Asociación Gallega de Transporte de Viajeros por Carretera que aglutina a pequeñas empresas del sector, y que está personada como acusación popular, a raíz de la declaración del conductor, acaba de pedir al juez la declaración como investigado del dueño de la mercantil a la que pertenece el autocar siniestrado, una UTE en la que participa Monbus..
Recuerda el letrado de Galibus en su escrito que “llevan tiempo reclamando en diferentes instancias los incumplimientos del grupo Monbus en el servicio de transporte de viajeros por carretera y escolar”. A su entender, esos incumplimientos “guardan relación con el siniestro objeto de las presentes diligencias”.
La asociación, además, solicita una serie de documentos, con el objetivo posteriormente -anuncia- de “pedir la citación del director xeral de Transportes de la Xunta y de cualquier otra persona que haya permitido los reiterados incumplimientos del grupo Monbus”.
Entre otras cuestiones, quiere saber quién está detrás de la Unión Temporal de Empresas -el representante legal- a la que se concedió el servicio de la línea XG 817 con la ruta Lugo-Vigo así como todas las empresas que la conforman. Según el atestado de la Guardia Civil, el autobús implicado pertenece a Monbus Gómez Castro. Las acusaciones desconocen quién está detrás, aunque tienen sus sospechas.
Además, pide al juez que se determine si estaba operativo el sistema SAE para el control del pasaje, ya que no se supo en un primer momento el número exacto de viajeros.
El cuerpo sin vida de la compañera de Rosario se buscó porque ella insistió en que iba a su lado. Apareció al día siguiente a unos dos kilómetros y medio del lugar del siniestro al ser avistado desde un helicóptero.
