El godello de Ourense triunfa en Vinespaña

Martin Damm prueba una uva godello de una de las cepas plantadas en la subzona Amandi, en Ribeira Sacra, miertras un compañero espera para recogerlas (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera (XESÚS FARIÑAS).
Ourense logra cuatro grandes oros en el concurso de la Federación Española de Enólogos de los siete que ganan los vinos gallegos. Cabe destacar al Ribeiro, que vuelve a ser la denominación con más medallas de la primera categoría

Galicia ha vuelto a triunfar en Vinespaña, el concurso nacional de vinos que organiza la Federación Española de Enólogos y que este año se ha celebrado en Zaragoza. Siete de los 16 grandes oros fueron para otros tantos vinos gallegos y la variedad más premiada fue la godello, con tres monovarietales, todos ellos de la provincia de Ourense, que se hicieron con la máxima puntuación. Por denominaciones de origen, el Ribeiro logró tres grandes oros para Gran Leiriña Treixadura 2022, de la bodega O Ventosela; Ramón do Casar Godello de la bodega Ramón do Casar y A Telleira Godello de la bodega Reboreda. El cuarto gran oro ourensano fue para Vega de Lucía, de la bodega Menasa de Monterrei. Los otros tres grandes oros fueron para Abadía da Cova Loia, con un coupage de godello al 80% y albariño al 20%, de la DO Ribeira Sacra subzona del Miño y para Davide, de bodegas Davide y Paco y Lola Prime de la bodega Paco y Lola, ambos monovarietales de Albariño de la subzona del Salnés de Rías Baixas.

Tras la edición del año pasado en abril en Laias, Vinespaña adelantó en 2023 su celebración al 12 y 13 de febrero, fechas en las que el jurado conformado por enólogos evaluó los vinos presentados a concurso. Eso explica que la mayoría de los vinos gallegos que compitieron sean de la cosecha de 2021 ya que la mayoría se mantienen todavía en los depósitos, en el proceso de afinado previo al embotellado. De los gallegos que obtuvieron la máxima calificación, el gran oro, solo uno corresponde a la cosecha de 2022: el treixadura de Gran Leiriña de la bodega O Ventosela.

La organización de la quinta edición de los premios Vinespaña ha desvelado los ganadores de los grandes oros. Todavía quedan por conocer los vinos que lograron oro y plata. El concurso comprende un total de diez categorías: espumosos, blancos, rosados y tintos tranquilos, ecológicos, vinos de aguja, vinos elaborados con uvas sobremaduradas, pasificadas, vinos licorosos y vinos elaborados con uvas minoritarias. Solo siete de esas diez categorías han logrado la máxima calificación por la que optaron a grandes oros. Si hacemos un recorrido por comunidades autónomas, Galicia se impuso en la categoría de vinos blancos. Por variedades, la godello se ha impuesto al resto de las blancas a concurso (verdejo, macabeo, moscatel de Alejandría…). Se prevé que entre hoy viernes y el lunes se conozca el resto de los resultados en los que se espera que los vinos gallegos mantengan su hegemonía en la categoría de blancos tranquilos y ofrezcan una buena representación en otras categorías, como tintos tranquilos y variedades minoritarias.

Mejor vino blanco

Unos días antes de la celebración de Vinespaña, otro concurso, el organizado por Verema, propició el primer triunfo del año para un vino gallego al otorgarle el premio del mejor vino blanco de 2022 al albariño Rosa Ruiz 2021, de la bodega de O Rosal Santiago Ruiz. Es el octavo año que esta veterana bodega de la subzona de Rías Baixas O Rosal elabora este vino que lleva el nombre de la hija del fundador de la bodega. Santiago Ruiz fue el padre de la recuperación del albariño y de la difusión del Rosal como elaboración plurivarietal al estilo de las regiones vinícolas del Miño como el Ribeiro y el Condado.

Con estos dos concursos en los que de nuevo Galicia se ha puesto en la posición de cabeza, se inicia la temporada de 2023. A finales de este mismo mes de febrero serán las catas de Mundus Vini y sin dejar Alemania, la siguiente, para los primeros días de marzo la ocupa el Berliner Wine Trophy. También en marzo tendrá lugar el que convocan los enólogos de Francia, Vinalies, que son las principales citas del primer trimestre del año.

Cada añada, un nuevo reto que se valida en los concursos

La pandemia, la sequía… cada año las bodegas y viticultores gallegos se enfrentan a un nuevo reto. Unas veces es la lucha contra los elementos, como plagas, heladas, granizo o como sucedió en la añada de 2022, con una sequía y temperaturas extremas nunca antes registradas. Estas circunstancias hacen que cada nueva cosecha que entra en los depósitos sea un desafío. Pero también es un desafío vender ese vino en un contexto económico y geopolítico muy complejo, de ahí que cada vez más bodegas se apuntan a los concursos porque los premios logrados les ayudan a dar visibilidad a sus vinos, no solo cara al público sino de manera especial frente a los distribuidores e importadores. Con los conocimientos y los medios técnicos de los que se dispone hoy lo natural es hacer buenos vinos. Los vinos gallegos tienen una posición de ventaja que son las uvas autóctonas con las que se diferencian de un colonialismo varietal frances, cada vez más extendido por el mundo, desde California a Nueva Zelanda. Pero hay alrededor de unas 3.000 referencias de vinos gallegos. ¿Cómo lograr llamar la atención del importador? Los concursos se han convertido en la manera más económica de abrir puertas en los mercados internacionales. En esa liga que comienza con Vinespaña, este concurso de la Federación Española de Enólogos es como jugar en casa. Un buen comienzo para una temporada que se augura muy competitiva y que llevará a los vinos gallegos por Alemania, Francia, Italia… hasta Corea del Sur y Japón.

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