Va de barrios | El GPS, el peor enemigo en Reza

El parque 25 de Noviembre, inaugurado en Reza hace un lustro para reivindicar un futuro sin violencia, es un patatal. La ruta de “Va de Barrios” por este núcleo del perímetro rural de Ourense -donde residen cerca de 300 personas- empieza a las puertas del local de la asociación vecinal Quince de Agosto. Sara Cruz, la presidenta, lamenta el estado de estas zonas verdes en las que hay varios árboles secos y el jabalí ha dejado su huella. “Es una pena, porque aquí vienen muchos deportistas, gente joven y mayor a pasear… Pero está hecho un desastre”, lamenta Rosa, otra vecina. En este mismo punto, se encuentran con otro problema: “El regadío está conectado con el local. Si cierran el agua, en el local nos quedamos sin ella automáticamente. Pasa mucho”. Es una jornada soleada, previa al Entroido. Las buenas temperaturas animan a los paseantes, pero no son muchos los que disfrutan del parque, por su estado de abandono y por la huella de los jabalíes. “Arramplaron con todo”, comenta una vecina. La ruta continúa justo en frente del parque 25 de Noviembre: en la parada del autobús urbano. Para los foráneos, es imposible adivinar dónde para el bus. “Hasta a nosotros nos cuesta. Hay una línea medio marcada, pero no tenemos marquesina. Llevamos tiempo pidiéndola”, dice una vecina. “Cuando llueve es un caos, te mojas sin la marquesina”, añaden. En el mismo punto, todavía se ven las consecuencias del temporal del 1 de enero. Un desprendimiento de tierras se llevó por delante la autocaravana de una pareja de turistas que, afortunadamente, resultó ilesa del suceso. Seguimos el paseo por las demandas vecinales en el centro del pueblo. Los baches hacen acto de presencia y la estrechez de la carretera mantiene alerta a los conductores, que han de circular despacio en este carril de doble sentido pero de escaso espacio. En uno de los puntos, una vecina afea el estado de un camino asfaltado por el que solo los más valientes se atreven a subir con el coche. La carretera es muy empinada, tiene “fochancas” y cuando hay heladas está muy resbaladiza. La carencia de puntos de alumbrado no ayuda. “Los taxis y las ambulancias no quieren subir por aquí. Es un problema. Hay una vecina muy mayor a la que viene a buscar a veces la ambulancia y no sube. Se queda en este punto intermedio”, anota una vecina. La carretera sin arreglar está frente a un hermoso pazo, el de los Deza. “Como está aquí el pazo, la carretera depende de Patrimonio”, añaden los vecinos. La maleza en algunas zonas públicas también se hace visible en Reza, por lo que reclaman más desbroces. Justo en medio del pueblo es donde reclaman un microbús, porque los Urbanos no llegan a este punto, solo circulan por la calle principal, que para algunos vecinos resulta muy lejos. “Pedimos un microbús para las zonas a las que no accede, como tienen los del Fonsillón. Tres líneas a la mañana y dos a la tarde, para poder ir al médico o a la compra. Llevamos 12 años luchando por esto y nada. Todos los años lo pedimos. Es algo que reivindica la gente mayor. En breve, ya no reivindicarán nada porque ya no estarán”, se lamenta una vecina. Error fatal Además de la maleza, los vecinos de Reza también critican algunos sumideros sin limpiar y más falta de luces en otras calles. Sí agradecen cuatro puntos de luz colocados en Reza, después de que los vecinos se quejasen en La Región. “Al día siguiente los colocaron”, cuentan en la asociación 15 de Agosto. Para terminar, una anécdota que trae de cabeza a los vecinos y a los turistas. Los errores del GPS para llegar a las termas de Outariz crispan a los de Reza. “El GPS lleva a las caravanas que van a las termas por la casa-escola de Reza, en una zona que es muy estrecha. Pasa cada poco tiempo. Pedimos que señalicen la casa-escola, que pongan que por ahí no pueden subir caravanas. Porque llegan aquí, bajan a la calle y no saben continuar. Alguno se queda atrapado”, dicen en Reza. Algún vecino, harto, ha colocado un cartel escrito a mano para avisar a los turistas.