El Instituto Armado ourensano aumenta su efectividad: resolvió un 5% más de delitos que el año pasado. Así lo aseguró el comandante en los actos de la patrona del cuerpo, El Pilar, fijándose como reto la resolución de casos transnacionales
“No nos conformamos”, aseveró el comandante Rafael Berguillo en el cuartel de Santa Mariña durante los actos del Pilar, la patrona de la Guardia Civil, para resumir el desafío y el modelo de trabajo del cuerpo que vela por la seguridad en una de las provincias con mayor dispersión geográfica. El Instituto Armado desarticuló este año dos grupos organizados criminales -uno hace escasos días, la operación Ribersace que culminó con la detención de tres personas a las que se le imputa más de una veintena de delitos contra el patrimonio. La otra es la operación Larimar, en la que se destuvo a una decena de personas relacionadas con robos con fuerza e intimidación haciendo uso de armas de fuego.
Durante su discurso, Berguillo habló de logros: la Guardia Civil ourensana aumentó un 5% el número de delitos esclarecidos y está a la cabeza en resolución de ciberdelitos y lucha contra los incendios forestales. Pero también subrayó: “No vamos a caer en triunfalismos”. Al ciudadano poco le importan las cifras: el cuerpo es consciente y se fija retos mayores. “Tenemos pendientes por resolver hechos delictivos que nos conducen al ámbito transnacional, debemos seguir profundizando en la coordinación policial transfronteriza”.
El Pilar homenajeó a sus agentes y recordó a los fallecidos en acto de servicio. Hubo 26 condecoraciones a personas pertenecientes al cuerpo, además de a un juez, una fiscal y a un informático colaborador del grupo Arroba. Además de las trayectorias, se premió a los cuatro agentes encargados de la operación del crimen de Cortegada y a un teniente y un guardia civil que esclarecieron un gran incendio forestal en los montes de Vilariño de Conso. El comandante Berguillo confesó que los servicios que mayor satisfacción producen al cuerpo son los de la búsqueda de desaparecidos: “Es estar por y para el ciudadano, muy cerca de ellos”.
El subdelegado del Gobierno, Emilio González Afonso, se enorgulleció de la labor del Instituto Armado ourensano, un “espello” en el que se miran “moitos países”. Recordó esa sociedad para la que trabajan: un rural grande y disperso en el que el cuerpo está presente. El desafío es triple: la lucha contra la violencia de género, la ciberdelincuencia y los fuegos forestales.
28 condecoraciones por perseguir el crimen
Ocho personas recibieron la Cruz con Distintivo Blanco a propuesta de la directora general de la Guardia Civil, con motivo de la conmemoración del aniversario de la Fundación del Cuerpo de la Guardia Civil. Recibieron la condecoración el capitán Javier Barja Álvarez; el capitán Javier Mira; el cabo primero Alberto Rodríguez Bernárdez y los guardias civiles Luis Antonio Requejo Joga, Santiago Ferreira Fernández, Eugenio Garrido Rodríguez, Jorge Hermida Casado y Ana Blanco Pérez.
Con motivo de la festividad del Pilar, recibieron también la Cruz con Distintivo Blanco el juez Luis Doval Pérez, por su labor en la operación Reditus contra el tráfico de drogas a mediana escala, en la que cayó el presunto capo de la heroína gallega, Francisco Javier Janeiro, alias Javillo. También se entregó el mismo distintivo a la fiscal de Medio Ambiente María del Carmen Eiró Bouza, por su trabajo en la operación Forestate 2, que culminó con la detención de dos presuntos autores de un delito de incendio forestal en los montes de Vilariño de Conso.
También con motivo de la patrona, se reconoció la trayectoria del inspector de la Policía Autonómica, Breogán Rivo Iglesias; el capitán Francisco Javier Fernández González; la sargento primera Lorena Cid Salgado; el cabo primero David Salvador Ramos García y los guardias civiles Juan Carlos Parada Limia, Alberto Pérez Justo, José María Silos Freire, Laura Martín de la Cruz, Fernando Santos Ferrer y Óscar Fernández Nogueiras.
Cuatro agentes fueron reconocidos por la realización de la operación Dubaou, uno de los crímenes de mayor repercusión en Ourense en los últimos años. La operación logró esclarecer el delito de asesinato de un hombre de Barcelona que se había desplazado hasta la aldea de Rabiño, en Cortegada, donde había iniciado una relación con una mujer a través de internet. La amante terminó asfixiándolo mientras dormía tras suministrarle un medicamento. La mujer intentó hacer desaparecer el cuerpo, quemándolo y repartiendo los restos en bolsas que tiró en montes próximos a la vivienda. Por este caso recibieron la Cruz con distintivo Blanco los guardias Alfonso Prado Rodríguez, Laura Cruz Cruz, Aser Moreiro Casal y Óscar Fernández Nogueiras.
La operación Forestate 2 por un gran incendio forestal en Vilariño de Conso también condecoró con la Cruz del Mérito con Distintivo Blanco al teniente Pablo Medela Fallego y al guardia civil Rodrigo Hermilla Sampayo.
Las recompensas militares, con la condecoración de la Cruz del Mérito con Distintivo Blanco, fueron para el cabo primero Iván Novoa Casas y el guardia Elías Rodríguez Fernández.
La Guardia Civil también agradeció a Francisco Javier Rodríguez, exdirector de la Escuela de Informática de Ourense, su estrecha colaboración con el grupo Arroba que persigue los ciberdelitos en la provincia.
