Crónica

Una hoja de ruta para Ourense de un mandato vintage que huele a viejo

Gonzalo Pérez Jácome, en el salón de plenos.
photo_camera Gonzalo Pérez Jácome, ayer en el salón de plenos.
El alcalde de la ciudad disertó durante una hora ante los medios sobre viejas promesas, cargó contra los enemigos de siempre y avanzó la subida de tasas

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, deleitó ayer a sus fans con un speech de una hora, con la prensa como convidada de piedra, en la que esbozó su “hoja de ruta” del próximo mandato, lleno de promesas repetidas y nuevas fechas para proyectos que llevan años sin avances. El regidor posterga ahora a 2025 o 2026 la aprobación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), dice que intentará aprobar unos presupuestos, avanza la subida de impuestos y tasas, vuelve a prometer párquines subterráneos, más árboles y un autobús gratuito con nuevas líneas. 

Jácome dibujó en su comparecencia, como si estuviera en la oposición, lo que sería el “Ourense ideal”, dando por hecho que la ciudad que actualmente él dirige desde hace casi cinco años no merece dicho calificativo. Volvió a usar su librillo habitual, cargando contra funcionarios, medios, asociaciones de vecinos y partidos de la oposición para eludir cualquier responsabilidad, y volvió a ensalzar las fiestas como motor económico.

Durante su speech, el alcalde ourensano presumió de la “fuerte estabilidad” que dice que existe entre el Concello y la Diputación, y utilizando un chiste, insinuó tener cogido “por los huevos” al PP, por lo que no teme cambios ni mociones de censura: “Hay una fuerte atracción, como la de la Luna y la Tierra”. 

Empezó presentando las nuevas fiestas en Barrocás, prosiguió avanzando que habrá cambios de competencias en el gobierno al tener trabajo Armando Ojea al irse al Parlamento, y aseguró que hará una nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT), algo que lleva anunciando desde el primer día que llegó, allá por 2019. Volvió a aludir a los “cientos de enchufados” que tiene el Concello, lo mismo que hizo el primer día que llegó al cargo, y atacó a los medios de comunicación, también como cuando aterrizó en la Praza Maior, afirmando que vive con ellos “una guerra”. 

Predicar o dar trigo

No pudo concluir su discurso sin olvidarse de las asociaciones de vecinos, a las que acusó de enchufar gente y manejar el Concello durante años, y lo hizo pocas horas después de haber firmado una incorporación de crédito para dar dinero justamente a las federaciones vecinales pese al  informe en contra del jefe de Xestión Económica e Orzamentaria. Lo que vuelve a demostrar, una vez más, que una cosa es predicar, y otra dar trigo.

Subida de impuestos

Dejó clara otra de sus obsesiones, las bodas. A partir de ahora, mano dura, afirmó. Solo él casará a los ourensanos, ningún otro concejal, no vaya a ser, insinuó, que le intenten rascar votos. De lo importante, como el PXOM, ya para 2025 “o 2026”. Y, entre medias, sin hacer mucha incidencia, deslizó la subida de impuestos con la aprobación de nuevas ordenanzas fiscales para subir el agua y la basura (“así lo manda la ley”, espetó) y para acabar con la zona azul -otra promesa con tintes vintage-, al igual que la de cobrar por acceder a las termas, que, dijo, se hará privatizando el servicio de las hoy instalaciones termales públicas de las riberas del Miño. 

Mientras tanto, reconoció que el parque acuático, otro viejo anhelo, no está asegurado; que la empresa que iba a acometer un plan de choque para el mantenimiento de calles ha renunciado a la adjudicación porque no hay dinero para pagarle, y que lo mismo ocurre con los nuevos contenedores, que no se pueden adquirir porque el crédito no está disponible. Eso sí, prometió que en verano de 2026, el parque Coto de Canedo estará ya inaugurado. Sí, ese que en 2020 prometió tener listo en 2023.

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