![Un agente de la Policía Nacional vigila la zona de los vinos de Ourense [FOTO: BRAIS LORENZO]](/asset/thumbnail,1280,720,center,center/media/laregion/images/2021/07/20/2021072010415154688.jpg)
Desde finales del pasado siglo se han acumulado once crímenes sin resolver. Más de la mitad han prescrito porque han transcurrido los 20 años que establece como plazo máximo el actual Código Penal (es un delito cuyo tipo básico conlleva penas de 10 a 15 años). La prescripción implica que los autores ya nunca serán juzgados.
Muertes que han quedado impunes
Las muertes violentas de Francisco Álvarez Vázquez, Rita Iglesias, Remedios Justo Salgado, José Dias Oliveira, un bebé recién nacido en O Barco y César Blanco González han quedado impunes. Se han convertido en crímenes perfectos.
Cinco asesinatos sin resolver
Otros cinco están pendientes, pero las investigaciones están actualmente en punto muerto. Además de la muerte violenta de Socorro Pérez cuando salió a correr por el entorno del Seminario y el cura de Vilanova dos Infantes (ambos en 2015), quedó metido en el cajón el tiroteo del que fueron víctimas el matrimonio formado por José Martínez y María Teresa Campos el 25 de abril de 2009 en la localidad de Amendo (Taboadela). La investigación la asumió la Guardia Civil.
La Policía Nacional tiene pendiente otro homicidio sin resolver en la ciudad, su ámbito de actuación. En este caso el reloj avanza rápido porque le queda un año para prescribir. Se trata de la muerte de Marina Boo. Su cadáver apareció el 17 de mayo de 2004 detrás de la vieja cárcel de la calle Progreso. Fue asfixiada y posteriormente el criminal roció su cuerpo con gasolina con la intención de quemar el cuerpo y que no quedase rastro que lo identificase.
